viernes, 12 de julio de 2019

Mi nuevo número de teléfono

Por Roberto Patrón Zepeda

El número de teléfono del chip que ahora estoy usando, en un celular que compré en diciembre del año pasado y que hasta ahora sólo había usado para leer libros, es el 33 14 40 26 46.

Aunque tengo la limitación de no haber podido hasta ahora usar WhatsApp en este teléfono, porque no lo he podido instalar, pudiendo en cambio instalar cualquier otra de las muchas aplicaciones que en él he intentado también.

Lo he intentado alrededor de 30 veces siguiendo al pie de la letra las instrucciones que Google da para, en Android, resolver el supuesto problema del código de error que se indica, sin conseguirlo.

Esto es significativo tomando en cuenta que WhatsApp pertenece a Facebook y que esta otra limitación coincide, con algunos pocos días de diferencia, con algunas otras grandes restricciones que Facebook me ha impuesto recientemente, además de muchas otras desde hace años, al comunicarme en esa red social; enseguida de que en un mensaje, a través de allí, mostré y hablé sobre avances y planes significativos.


viernes, 28 de junio de 2019

Cambio de número de teléfono

Por Roberto Patrón Zepeda

Esta mañana me robaron el teléfono celular, con el chip del número de teléfono 33 2219 9033.

Así que este número ya no me pertenece. En cuanto pueda publicaré un nuevo número de teléfono.

Mientras tanto, esta es mi dirección de correo, la que actualmente más uso: roberto_patron@protonmail.com


miércoles, 6 de febrero de 2019

Sobre mis actividades y proyectos actuales

Por Roberto Patrón Zepeda

Pienso continuar con todos mis proyectos, en cuanto tenga oportunidad. Primero necesito tener una fuente de ingresos estable (por al menos unos dos meses; actualmente no la tengo), suficiente y que a la vez me deje tiempo para hacer algo más que eso. Para poder publicar algo más.

Francamente ya no quiero ni grabar un minuto más de video en español, porque siento que es como tirar el tiempo a la basura, y ya he hecho esto demasiado tiempo.

Ya en inglés, entonces sí comenzaré a difundir muy ampliamente todo lo que he hecho y haré.

Para eso estoy actualmente estudiando inglés. Y desde hace unos días programación también.

(A propósito, a todas las mujeres que sólo están esperando eso —la culminación de esos progresos— para acercárseme o dejar que me les acerque, les anticipo que no me interesa ninguna de las de ese tipo.)

Con la programación tengo grandes proyectos también, en cuanto al manejo inteligente de grandes cantidades de datos (traducción, composición e inteligencia artificial). Ya hace más de 10 años hice un sitio Web de unas 40,000 páginas en unos pocos días (no más de 30 horas) de trabajo, aunque para ello dedicando previamente años de estudio y práctica.

Ahora estoy aprendiendo, mucho más rápidamente que antes, a crear mucho más en mucho menos tiempo y mucho más inteligentemente, manejando datos digitales; mucho más creativamente. Espero dentro de unos meses haber ya creado algo muy importante con la programación. Esto es, un programa en extremo útil listo para usarse. Ya tengo todas las ideas necesarias para uno de ellos (las que envié hace algunos años a Sergey Brin), y sólo me ha hecho falta conocer —aprender o crear— algún lenguaje de programación para concretarlas: un traductor de idiomas y de otras importantes formas mucho más exacto, mucho más creativo y mucho más veloz de lo que cualquier ser humano puede ser.


jueves, 3 de enero de 2019

Cómo recuperar y mantener la salud en cualquier caso (en síntesis)

Por Roberto Patrón Zepeda

Este es un tema sobre el que pienso escribir mucho más más adelante. Por ahora, que estoy muy ocupado en otras cosas, sólo esta extrema síntesis:

El "remedio" para todo problema de salud (absolutamente cualquiera) es lo contrario de ello,* y así es en todo lo demás. La causa de todo es su contrario. Por esto entrecomillo esa palabra, porque no es simplemente un remedio, sino mucho más que eso: es lo que crea, lo que crea la salud en este caso.

* Después, sobre el aspecto profiláctico, voy a escribir sobre las vacunas, que en lo esencial son todas esto mismo que aquí digo. Y podemos, así, "vacunarnos" contra todas las enfermedades, y evitarlas todas.

La salud es en esencia un estado de construcción, que se logra y se mantiene mediante su contrario, que es la destrucción. Desde el punto de vista fisiológico, estoy hablando, por ejemplo, de los resultados del proceso catabólico (destrucción, degradación molecular): el anabolismo (biosíntesis molecular), que se incrementa notablemente mediante el ejercicio.

La síntesis, en este caso biológica (molecular), es construcción, unión de partes, que en otras palabras es resultado de una armonía entre las mismas.

En las enfermedades autoinmunes, el problema es resultado de una falta de armonía, o paz, entre las partes, a nivel celular, que componen al organismo; y es un proceso de destrucción, de autodestrucción.

Una forma infalible de conservar y recuperar, en cualquier caso, la salud, mediante una construcción en la medida necesaria, es, como en todos los casos de construcción en la vida (en todos los ámbitos de esta) es la destrucción. Siempre la construcción se logra mediante la destrucción. La construcción es protección (en este caso autoprotección) y la protección siempre se logra mediante agresión, y sólo de este modo.

Imprescindiblemente, para lograr protección, construcción, biosíntesis, unión entre las partes que conforman al organismo, necesitamos, todos los seres vivos, destruir algo. Solamente de este modo se consigue construir. Es así, por ejemplo, también cuando se construye un edifico: para ello es imprescindible primeramente destruir una colina o una montaña, tomando de allí el material para aquél.

En el caso de cuerpo de cualquier ser vivo, cuando no se lucha contra algo externo a él, entonces el cuerpo, para sobrevivir, porque la vida es construcción, y sin destrucción no puede haber construcción, el cuerpo, para ello, para poder en ese caso sobrevivir al menos en parte, se ve obligado a luchar consigo mismo,* esto es, a destruirse en parte a sí mismo, a hacer que partes suyas luchen y destruyan a otras partes suyas.

* Esto es análogo al autoerotismo o la masturbación a que normalmente se ve inducido cualquier individuo humano cuando se halla aislado de otros individuos.

De manera en apariencia paradójica, esta forma de intentarse proteger el organismo, puede conducir a la muerte del mismo en muchos casos. Y esto no es un error de la naturaleza, sino de una forma de vivir individual que es contraria a la naturaleza: los seres vivos estamos hechos, por naturaleza, para luchar contra partes exteriores a nosotros mismos, porque de este modo, y sólo de este modo, se consigue el progreso de los seres vivos como especie. Y este progreso de las especies es uno de los principales objetivos de la naturaleza.

Esta forma de progreso, al mismo tiempo, es la forma mejor de progreso que puede existir para cada individuo dentro de la especie. Así que, por naturaleza, no hay contrariedad entre un objetivo y el otro, sino armonía. Y el problema entonces surge solamente cuando los individuos no actúan de acuerdo con ese otro objetivo (el a nivel especie) de la naturaleza.

Lo que la naturaleza quiere, es que al mismo tiempo luches por algo que contribuya al progreso exterior a ti, al de otros individuos de tu misma especie, o/y de otras especies incluso.

La salud se recupera, en cualquier caso, y se mantiene así por tiempo indefinido, cuando no se da al cuerpo oportunidad (necesidad) para luchar contra sí mismo, porque toda su atención está concentrada en luchar contra algo exterior a él.

Una de las muchas formas de luchar contra algo exterior a uno mismo, es hacer ejercicio, por ejemplo, desde el punto vista físico. Así, se "lucha" contra los aparatos que en muchos gimnasios se usan, o contra la gravedad de la Tierra cuando se salta o se corre o se realizan otros ejercicios que requieren, de alguna forma, esa misma lucha contra algo exterior.

Cada vez que pones a tu cuerpo en lucha contra algo, contra una pesa, o contra el peso de tu propio cuerpo saltando, corriendo, o nadando (contra la resistencia del agua, además de la gravedad), estás produciendo una autoprotección y una construcción interna, que imposibilita la autodestrucción, las enfermedades, como las autoinmunes. Esto es lo mismo que ocurre en todas las enfermedades, que aunque son distintas en muchos detalles entre sí, en lo esencial todas son una forma de autodestrucción, aunque esto es mucho más evidente en las autoinmunes, simplemente por la forma en que se muestran: dejándonos ver mucho más claramente esa destrucción de unas partes a otras del mismo organismo.

Cuando tensas los músculos de tus piernas, por ejemplo al hacer sentadillas, estás generando entre todas las partes de tu cuerpo, pero en este caso más en tus piernas, una unión muy elevada, que puede llegar a ser extrema, que no da oportunidad a que entre partes de tu mismo cuerpo pueda haber esa desunión que destruye a tu propio cuerpo desde otras partes del mismo. En ese caso, el del ejercicio, el cuerpo, al estar luchando contra algo externo (la gravedad de la Tierra), se armoniza enteramente en relación consigo mismo, y de este modo se genera protección, autoprotección, que no es otra cosa que salud. La salud es siempre un estado de autoprotección, que siempre se logra mediante una heteroagresión.

Esta es una forma positiva y constructiva de lograr esa construcción que se requiere para la salud. Hay formas de heteroagresión que, por supuesto, no son recomendables, por traer como consecuencia otros problemas, sociales por ejemplo, pero también intraindividuales (psíquicos). Por esto, por supuesto, no recomiendo que cuando alguien quiera recuperar la salud salga a la calle a agredir o, donde viva, agreda a cualquier individuo o cosa sin más motivo ni razón que ese deseo de tener salud, porque eso sería contraproducente. Tampoco, en el caso de los ejercicios, especialmente en el caso de las mujeres, recomendaría dedicarse mucho a las pesas muy pesadas o a los deportes extremos que pongan en riesgo elevado la vida o la integridad física.

Pero hay muchísimas otras formas de luchar contra algo, que son muy benéficas para la salud. Hay prácticamente una infinidad de cosas muy constructivas que para ello pueden hacerse, sin más problemas que los que toda lucha siempre va a implicar: los esfuerzos que deben para ello hacerse.

Lo que recomiendo, entonces, es luchar, con grandes esfuerzos, contra algo externo, física y mentalmente, emocionalmente, sintiendo a la vez elevados enojo (contra lo malo) y amor (por lo que requiere ser protegido o defendido). Esto, además, suele traer por resultado un incremento de la autoestima que es también parte imprescindible para la conservación y recuperación de la salud.

Pero siempre hay que tener en cuenta, nunca olvidar, que la autoestima es resultado de luchar esforzadamente contra algo externo y por una buena causa, o buenas causas, de manera razonable y justa. Si se lucha simplemente por tratar de hacerse un bien a uno mismo pero de manera injusta, abusiva (hacia otros o hacia uno mismo), el cuerpo siempre, de todos modos, en tales casos se termina dañando a sí mismo, si es que no, al mismo tiempo, algo externo lo daña (porque tarde o temprano el bien, por más que esto suene a un mero cliché, siempre triunfa sobre el mal). Ese daño interno, es resultado de que todos los seres vivos en el fondo sabemos lo que es justo e injusto, y por más que tratemos de convencernos de que estamos siendo justos cuando en realidad estamos siendo injustos, una parte de nosotros, lo que llamamos nuestra conciencia, nos va a estar siempre, de distintos modos, pasando la factura, cobrando, recriminando, constituyendo un ataque continuo de nosotros mismos a nosotros, que además, de distintos modos, suele redundar en problemas físicos al mismo tiempo, además de mentales, emocionales.

Siempre, entonces, que se encuentra uno en cualquier problema de salud, especialmente si éste es serio, hay que preguntarse por qué causa o causas justas puede uno luchar, física y mentalmente, y entregarse de inmediato a esa lucha con todas las fuerzas, porque de la intensidad de estas fuerzas empleadas en ello va a resultar el beneficio en la salud física y mental.

Mientras no des tregua a tus enemigos o rivales del exterior cuando luchas contra ellos, no habrá nunca oportunidad, ni motivo, necesidad, de que tu cuerpo luche contra sí mismo tratando infructuosamente de sobrevivir a ese nocivo aislamiento al que se le ha sometido, y tu salud será la óptima.

Los seres vivos estamos hechos para luchar siempre contra algo y por algo (externos a nosotros) y conservar así la salud, como único medio posible para esto. Y esta es la clave, la causa, de todo el progreso en la vida, como especie y a nivel individual al mismo tiempo.

Para entender mejor lo anterior, recomiendo leer este otro de mis escritos:

Teoría del Equilibrio Universal