domingo, 19 de febrero de 2017

Propósito de este blog

Por Roberto Patrón Zepeda

Última modificación: domingo 19 de febrero de 2017, 5:56 am

En este blog pienso hablar sobre todos los temas de más importancia en la vida, en secuencia tal que no necesariamente estoy iniciando por lo más importante, ni voy de lo menor a lo mayor en importancia. El orden de esta secuencia está determinado, principalmente, por las formas que van tomando los grupos de piezas de información de los que consta este enorme rompecabezas que es la totalidad de lo que tengo como propósito comunicar. Hay grupos de piezas que no están entre sí directamente relacionados, porque, de igual modo que ocurre al armar un rompecabezas, algunos grupos se van formando a partir de un par de piezas que en un momento dado se relacionan, dan mayor forma y, en atención a alguna coyuntura que se presenta durante el proceso, es oportuno agrandar más acoplando allí en esos momentos otras piezas.

De cualquier manera, todo lo aquí expuesto lleva un orden que se encamina a la conformación con pleno sentido, en su conjunto y en cada una de sus partes, de una concepción general de la vida y del Universo.

Ya en otra parte he publicado un resumen de un libro que sobre muchos de estos temas estoy escribiendo, de una forma teórica sobre todo; en el que sistemáticamente me apego a la metodología científica actual, con abundante uso del método analógico, sobre temas desde la psicología y sociología de los seres humanos y los seres vivos en general, el futuro de la Humanidad, hasta la expansión y el origen del Universo.

Sin embargo, no será sino hasta al cabo de un tiempo preciso cuando enlace las piezas de este blog con las del libro, de tal modo que resultará todo en conjunto mucho más comprensible que por separado.

En este blog, voy a explicar, de una manera mucho más sencilla y con bases científicas asimismo, de manera teórica y además práctica, muchos de los temas ya expuestos en dicho resumen en relación con la vida humana, y muchos otros, de importancia medular también, no expuestos hasta ahora antes por mí. Una de las diferencias es que en este blog hablaré explícitamente de una fuente, de gran parte de lo que expongo, que en el libro no he mencionado, sin que ello menoscabe en modo alguno la verificabilidad científica de lo aquí expuesto.

Lo haré tan explícitamente, que lo citaré de manera textual y, más adelante, de hecho publicaré grabaciones de audio de conversaciones tenidas con él/la.

Antes de ello, a manera de presentación, hablaré respecto a su naturaleza, que dista mucho de ser la que por lo general se tiene hasta ahora de él/la, debido a deformaciones que, por pretendida conveniencia otros han hecho, y, como ël/la mismo/a me lo ha dicho, debido a cambios en lo que en distintas épocas del desarrollo y progreso de la humanidad es preciso recibir a manera de guía.

Por ejemplo, el dogmatismo es en muchos casos apropiado durante la más tierna infancia para proteger al niño o niña perqueño/a de algo en cuanto a muchas cosas que no está todavía en capacidad de comprender por sí mismo/a; y, sin embargo, estamos ahora arribando a una etapa en que estamos ya en capacidad, y necesidad imperiosa, de comprender cada cosa que se nos dice, que a la mente se nos viene, y, sobre todo, de comenzar a pensar más por nosotros mismos, y adquirir, así, libertades y responsabilidades que antes, hasta cierto punto, nos fueron vetadas.

Hablaré aquí mucho sobre libertad, sobre libertades que nos son en cierto modo nuevas, y no menos sobre responsabilidades, a las que hasta ahora hemos sido en cierto modo muy ajenos. Equilibradamente.

No voy a mencionar aún hoy, en este post, los muchos temas que en concreto pienso en este blog tratar; pero voy a mencionar un par de ellos, en relación con parte importante de nuestra vida.

Dos de ellos son una serie de críticas, que incluyen el señalamiento del camino más propio hacia su más óptima ejecución, de algunas artes, como la literatura, el cine y la música.

Por ahora, en este post señalaré solamente el hecho de que, por falta de equilibrio y libertad bastantes, hay serios defectos en estas artes, que las hacen altamente defectuosas tal como ahora se realizan.

Expondré en detalle ejemplos y análisis de obras, en muchos casos muy celebradas, muy mal hechas y de obras, en contrapartida, muy bien realizadas.

Por ahora, expondré sólo tres de ellas, en cuanto a la música, y a manera de "tarea" dejaré el pensar respecto a lo que ocurre en ellas, cuáles son las diferencias entre unas y la otra.


Pésima interpretación. Extremadamente detestable y rechazable; hasta el grado de que con toda justificación y racionalidad puedo decir que esta persona NO sabe cantar, y que de hecho está muy lejos de saberlo. No puedo asignarle una calificación del 1 al 10, porque no alcanza ni siquiera el 1; la apropiada sería un -7, un siete negativo, porque se aproxima mucho a una excelentemente mal hecha interpretación, como si durante toda ella se hubiera esforzado al máximo, en cada detalle, y para ello hubiera incluso estudiado, para así, pésimamente, realizarla.

NOTA IMPORTANTE: No debe interpretarse que en estos ejemplos tenga algo que ver el género sexual o la nacionalidad de estas personas. No tiene que ver en absoluto, como podrá verse después con muchos otros ejemplos, sobre muy diversos temas, que incluiré, en cuanto a errores y aciertos.


Un robot, programado para cantar como humano, podría hacerlo mucho mejor que estos dos.


José Luis Rodríguez - Dueño de nada

El siguiente video es igual a éste que fue removido.

José Luis Rodríguez - Dueño de nada

O puedes descargarlo de aquí.

Esta interpretación es excelente, hasta el grado de que, por más que he vuelto a ver este video y le he buscado y rebuscado un error no he podido encontrárselo, ni siquiera por una fracción de segundo en ella. Es un excelente ejemplo, de una forma excelente de cantar, de saber cantar como, en lo más importante de este arte, y no en lo que normalmente se considera en los cursos de apreciación musical, debe hacerse. Observa cada detalle en la forma, y compáralo con los detalles en las anteriores interpretaciones que he aquí citado.

Llamaría "perfecta" esta interpretación, si no fuera porque lo perfecto no existe en el Universo. Sin embargo, se aproxima mucho a ello.

Hasta aquí me he referido a la forma únicamente, y en cuanto a ello hablaré en abundante detalle más adelante. Pienso hacer y publicar aquí un análisis muy detallado de cada una de estas interpretaciones.

Pero además de la forma, en cuanto al contenido ¿sabes lo que dice esta canción que José Luis Rodríguez magistralmente interpreta? Atiende también a esta parte en extremo importante en esta canción.

Sólo adelantaré hoy que lo que en el amor da a las personas la capacidad de unirse y mantenerse unidas hasta el grado de poder considerarse realmente dueñas unas de otras, es un estado de libertad bastante en el que cada cual es tan independiente del otro, que nadie pretende ni se considera a sí mismo/a ser dueño/a de nadie. Esa es la cualidad que, entre otras, dota a las personas de lo que aquí figurativamente se llama "alma".

No eres tú quien tiene realmente la capacidad de satisfacer en alto grado a una persona que te considera su dueño/a. Cada cual es capaz de alcanzar ese grado de progreso en que puede sentirse tan dichoso/a, únicamente cuando su libertad e independencia emocional es tal que no considera a nadie su dueño/a, ni se considera a sí mismo/a dueño/a de nadie, y, sin embargo, alcanza ese enorme placer y felicidad a través de esa relación con otra persona.

Y esto tiene un significado mucho mayor... que se extiende hasta lo divino... Es tiempo de que la Humanidad escale del peldaño de la infancia al de una adolescencia y luego adultez en que será capaz de alcanzar dichas y logros mucho mayores que hasta ahora, con la guía de Dios para ello, sin embargo, en cierto modo que ya es el apropiado.

Por fin sabrás ahora, entre muchas otras diferentes cosas, que Dios es realmente humilde, y no requiere (ni necesita) de alabanza alguna en ningún caso.

Y no estás en soledad ahora, sino más cerca que nunca, de ti mismo/a y de Dios, de Dios mismo/a en la medida en que de ti mismo/a lo estás.

¿Sabes el significado del hecho de que Dios se compare a sí mismo/a con un perro? Va mucho más allá de su extrema humildad; significa al mismo tiempo algo también en extremo importante, aún más importante que ello: que en la medida en que respetes a los más débiles, como son los animales, tanto como a ti mismo, estás más cerca de Dios. Y para ello Dios se compara con ellos, como un escudo que los representa para que los respetes tanto como a él/la mismo/a.


viernes, 10 de febrero de 2017

La Humanidad Completa

Por Roberto Patrón Zepeda

Última modificación: lunes 13 de febrero de 2017, 13:25 pm

Antes en este blog he dicho lo siguiente:

"Una libertad como la del escarceo previo al coito mediante un "perra desgraciada" en plena excitación sexual es necesaria, por mencionar solo un ejemplo entre un ilimitado número de posibles, para llegar poco después a un "diosita divina". Y una y otra cosa son imprescindibles para que la otra de estas situaciones pueda disfrutarse, por contraste con su opuesto."

Es cierto que es posible, y de hecho lo es fácilmente, de manera relativamente fácil en comparación con el equilibrio entre contrarios dentro de una misma persona, es posible llegar a un "diosita divina" sin pasar por un "perra desgraciada" y sin realizarlo después. Y ello puede también ser placentero, y lo es de hecho en mucha gente.

Pero ello, la funcionalidad de ese procedimiento hacia el placer y la felicidad, ocurre debido sólo a la existencia de un equilibrio entre contrarios que se produce entre un tipo de persona y otro tipo de persona. En el mundo actualmente, y desde prácticamente siempre, hay dos tipos de persona, en muchos ámbitos, aunque ahora hablaré del moral sexual, que al contrastarse entre sí se sostienen la una a la otra, obteniendo cada bando su placer de ese contraste que hay entre ellas, o sea entre esos dos tipos de persona.

Desde prácticamente siempre, hasta nuestros días, unos se vanaglorian de ser puros o púdicos y otros de ser impuros e impúdicos, y ambas partes obtienen placer de ello, doblemente: de ser lo que son y, al mismo tiempo, de no ser lo que los otros son. Se sostienen y producen placer uno al otro (separadamente, cada tipo por su lado y excluyéndose entre sí, como el agua y el aceite) como un par de niños en un subibaja o balancín, en un parque de diversiones, que es nuestro mundo actual.

Pero el mundo, nuestro mundo actual, si bien podemos, y debemos, seguirlo considerando como un sitio en el cual estamos para disfrutar la vida al máximo, ya no es un parque para niños, porque ya la humanidad no está en edad de seguir siendo niña.

El objetivo de pureza, propulsado por la impureza desde otro lado, que antes fue apropiado para una parte de la humanidad, ya no lo es, y ahora es muy diferente y muy superior, nuestro objetivo (nuestro destino próximo), y mucho más capaz de conducir a una felicidad y placer y progreso mucho más elevados que los hasta ahora alcanzables mediante esa incompleción hasta el presente padecida por nuestra especie.

Nuestro próximo paso ahora es alcanzar la compleción en los individuos, no ya únicamente entre los individuos. Una vez alcanzada esa meta antigua de ser puros no siendo más que mitades de personas, la actual es convertirnos, cada cual, en personas completas, en seres humanos en equilibrio de tal modo que dentro en cada uno de nosotros mismos seamos cada cual un ser completo, a diferencia de la mitad de ser humano que hasta ahora cada cual ha constituido.

Ya hemos estado suficientemente en ese periodo de nuestra infancia en que aprendimos y vivimos en lo que con relativa facilidad nos era inicialmente conveniente y suficiente, como lo es para un niño el no vivir aún más que en el conocimiento y práctica de algo tan elemental como el gatear para desplazarse.

Nuestro paso al tiempo para caminar erguidos y avanzar mucho más rápidamente hacia nuestro progreso, personal y como especie, es completarnos, convertirnos en seres completos, cada individuo.

Esto no implicará la desaparición de los géneros sexuales, mujer y hombre, sino su existencia de una forma mucho menos polarizada que hasta ahora, habiendo al mismo tiempo un par de equilibrios: el equilibrio entre hombre y mujer, y ahora también, el relativo equilibrio entre lo femenino y lo masculino dentro de cada hombre y cada mujer. De tal modo que cada mujer sea más fuerte y más libre y cada hombre más sensible y, así, por ello mismo también más fuerte y más libre.

Nuestro objetivo ahora, en otras palabras, no ha de ser ser puros, sino completos.

Seguiré escribiendo:


Lunes 13 de febrero de 2017

Última modificación: lunes 13 de febrero de 2017, 13:25 pm

Es necesario aclarar que el equilibrio entre contrarios a que me refiero como necesarios para el progreso, no es en cualesquiera pares de cualidades contrarias entre sí.

La necesidad de equilibrio no es, por ejemplo, entre contrarios como deshonestidad y honestidad, atraso y progreso, maldad y bondad, crueldad y compasión, represión y libertad.

De cualquier manera, a través del progreso de cualquier civilización ocurre un equilibrio, entre distintos individuos, en todos estos pares de contrarios y otros muchos, Pero el progreso al mismo tiempo siempre consiste en que, a pesar de que estos pares de contrarios siempre están en equilibrio interindividual, o sea entre individuos, en todos los pares de contrarios se produce un desplazamiento conceptual hacia los contrarios que constituyen el objetivo dentro de cada par, o sea, en los pares mencionados, hacia los contrarios honestidad, progreso, bondad, compasión y libertad; de tal modo que a través del progreso siempre llega a suceder que lo que en un tiempo dado conceptuamos o consideramos como honestidad, progreso, bondad, compasión y libertad, en un tiempo posterior determinado lo consideramos como deshonestidad, atraso, maldad, crueldad y represión, respectivamente. En otras palabras, lo que hoy consideramos cruel, antes, en una etapa inferior de progreso, lo consideramos compasivo; y lo que actualmente consideramos compasivo, después, en una etapa de progreso superior, lo consideramos cruel; y así en todos estos pares de contrarios y muchos otros.

Todo progreso implica un desplazamiento conceptual equilibrado hacia la libertad, de tal manera que somos cada vez más libres en la medida en que más progresamos.

Esa mayor libertad siempre continúa en equilibrio con su contrario, esto es, con la represión de la libertad, aunque los conceptos de represión y libertad se han desplazado hacia la libertad de tal modo que en este sentido hay cada vez más libertad: lo que antes nos era libertad ahora nos es represión, y lo que actualmente consideramos como libertad después lo consideraremos como represión, como esclavitud.

Por esto, siempre que pensemos en el modo de dirigirnos hacia el progreso, de avanzar hacia más bienestar, felicidad y prosperidad, sencillamente debemos mirar hacia las formas de incrementar nuestra libertad, sin violar las actuales leyes del lugar en que residimos.

Cuando contrarios como la represión y la libertad sexuales se equilibran de manera interindividual, entre individuos que podemos hoy considerar puramente conservadores y, por el lado contrario, individuos que podemos calificar como puramente liberales, las personas tratan de ese modo de satisfacer solamente una de dos necesidades que naturalmente todo individuo tiene (no siempre en el sentido de sentirla, porque puede estar reprimida, pero siempre cuando menos en el sentido de experimentarla), la necesidad contraria que está tratándose de reprimir, por lo general de todas maneras aflora y se impone en la conducta, que busca su satisfacción en personas, otras personas, que han elegido polarizarse, esto es, desequilibrarse, en esa dirección.

Esto es lo que ocurre, concretamente, por ejemplo cuando en una pareja de personas relativamente conservadoras, la monotonía de una misma forma de comportamiento sexual limitado en su libertad induce a los miembros de esa pareja, o como mínimo al menos conservador de ellos, a buscar en otra persona la satisfacción mediante mayor libertad, que sólo otra persona en ese caso le puede dar, por haber esta otra elegido ser de un tipo contrario de pureza, de desequilibrio, que en este caso puede ser un(a) streeper o una prostituta, un(a) amante más liberal, o una aventura ocasional en algún centro nocturno o algún otro lugar de los más apropiados para concurrir gente más libre.

Quienes procuran vivir en un grado de relativa pureza, conservadora o liberal, tienden siempre a incidir y reincidir en la satisfacción opuesta, la que están tratando de evitar, der igual manera a como ocurre a quien procura no vivir sino despierto todo el tiempo, es decir, procurando excluir por completo de su vida el dormir.

Lo que ocurre en este caso ejemplifica muy bien lo que sucede en todo par de contrarios en que se trata de satisfacer solamente una de dos necesidades que se tienen vitalmente: cuanto más extrema es la procuración de la exclusión (la eliminación) de la satisfacción de una de las dos necesidades, tanto más extrema es la tendencia a la satisfacción que está tratándose de evitar.

De tal modo que, por ello, ocurre normalmente el curioso caso de que entre las personas que supuestamente están entre las más castas de la sociedad por causas religiosas, porque lo están intentando hasta grados extremos de privación sexual, abundan casos de incidencia de las llamadas "perversiones" consideradas actualmente como más serias, como la pederastia en sacerdotes, y entonces ocurre la contradicción de que esas personas no están en realidad, dentro de la sociedad en que se encuentran, entre las considerables como más moralmente elevadas, sino, por el contrario, entre las considerables como más abyectas.

En otras palabras, una de las formas más eficaces de empujar a la pederastia, y de convertir de hecho en pederasta, a una persona, es someterla a la extrema inanición sexual que los votos de castidad religiosa implican.

Es humanamente imposible suprimir el deseo sexual, y también lo es transformarlo en lo contrario o en algo distinto de lo que esencialmente es. La única transformación que sí puede haber en el deseo sexual es hacia otra forma de deseo sexual, esto es, entre distintas formas de deseo sexual. En lugar de supresión, lo que a lo mucho puede conseguirse es la transformación en otro deseo sexual o/y su relativo ocultamiento.

Así, por ejemplo, cuando se trata de suprimir el deseo sexual hacia las personas del sexo opuesto, y por ello se suprimen las relaciones sexuales con el sexo opuesto, el deseo sexual pasa a satisfacerse de manera auto erótica, mediante la masturbación, y en fantasías sexuales.

Y cuando la oposición al deseo sexual es tal que el deseo se trata de suprimir incluso en el autoerotismo y en las fantasías, lo que ocurre es simplemente que, indefectiblemente, la forma de deseo sexual de inmediato se convierte en otras forma del mismo; por ejemplo, si el deseo que se procura suprimir es el de relaciones heterosexuales, enseguida, indefectiblemente, en todos los casos de intento de supresión y en todos los seres humanos, sin ninguna excepción posible, surge deseo homosexual.

En tal caso, en vista de que tal intento no conduce más que a pasar de un deseo heterosexual a uno homosexual, a menudo, por causas religiosas, se procura entonces suprimir toda forma de deseo sexual tanto hacia mujeres como hacia hombres, con lo cual no es nunca posible llegar más que a otra forma de deseo sexual, que por lo general es la hacia niños, la pederastia.

Y cuando, como de hecho llega a suceder, se procura suprimir además esta otra forma de deseo, el siguiente recurso o salida que queda al deseo para satisfacerse es la zoofilia, hacia animales, en vista de verse cerradas ya todas las puertas hacia los humanos.

No existe ni puede llegar a existir ningún caso de un ser humano, ni de ningún otro ser de cualquier otra especie, que pueda suprimir su deseo sexual, y no sólo no es posible suprimirlo completamente, sino tampoco en parte, de hecho ni siquiera un poco, ni una mínima parte de él. El deseo sexual siempre encuentra, en todos los seres humanos, por naturaleza, salida hacia su entera satisfacción, de una forma u otra.

Y esto no es ninguna aberración de la naturaleza, sino, por el contrario, precisamente es una de las formas en que su perfecta constitución se hace manifiesta, puesto que el deseo sexual, además de ser por sí solo imprescindible para la preservación de las especies, y de ser una de las actividades que más proporcionan placer y sentido a la vida, es el cimiento del deseo amoroso, que es su cara anversa.

Es cierto que la cantidad de deseo sexual varía, por naturaleza, de un individuo a otro; pero también, al mismo tiempo, es cierto que el deseo sexual es siempre cuantitativamente equivalente a su opuesto, el deseo de amor, de amar y ser amado. Y por esto es imposible la existencia de personas cuyo amor sea especialmente elevado sin que al mismo tiempo su deseo sexual sea también extraordinariamente alto, tan elevado, exactamente, como su deseo amoroso, puesto que uno y otro son dos caras de una misma moneda.

A menudo vemos personas en las que hay una especie de desequilibrio, en las que no hay equilibrio normal, sino un equilibrio forzado, al que la naturaleza ha tenido que conducirlas por canales alternos en vista de las represiones impuestas a las vías naturales, entre la satisfacción de su deseo sexual y la satisfacción de su deseo amoroso; por ejemplo, en las personas dedicadas mucho al sexo y muy poco al amor, o mucho al amor y muy poco al sexo. Y de hecho lo más común es la existencia de notables formas de esa especie de desequilibrio entre estos dos contrarios; contrarios que producirían una vida mucho más plena si se encontraran en equilibrio natural, intraindividualmente, esto es, dentro de cada individuo.

Cuando vemos casos de personas religiosas cuyo amor es realmente* muy grande, y en las cuales a la vez la sexualidad parece ser nula, estamos en presencia de personas cuyo deseo sexual es tan extraordinariamente intenso como su amor, si bien en muchos de esos casos el deseo sexual se satisface ocultamente (ocultamente, en casos, hasta para ellas mismas, tan ocultamente que ni ellas mismas están conscientes de ello, si bien un análisis de sus sueños revelaría la deformada satisfacción sexual que por esa vía se han orillado a sí mismos o han sido orillados a lograr), ya sea de manera auto erótica o mediante fantasías sexuales o en última instancia sueños sexuales (los cuales debido a su deformación frecuentemente no aparecen como tales a simple vista), o mediante relaciones sexuales secretas con otra(s) pesona(s) o animal(es).

* La religiosidad, en cualquier religión, está muy lejos de ser por sí sola necesariamente un sinónimo de amor, ni de amor especialmente elevado, por más que quien la practica o vive se halle en una posición muy elevada dentro de una religión. Por ejemplo, cualquier persona cuyo amor por los animales sea tan grande que sea vegana, es, cuando menos en ese aspecto que es en extremo importante en la vida, más amorosa y asimismo moralmente más elevada, que cualquier papa que come animales, como lo han hecho casi todos los papas. Así que, en otras palabras, hay un grado de elevación moral sensible e importantemente mayor en una persona vegana que en casi cualquier otro papa que haya existido a través de toda la historia hasta nuestros días, por esa sola diferencia entre respetar el bienestar y la vida de los animales, y no hacerlo hasta el grado de matarlos (indirectamente por lo general) y comérselos, innecesaria e inmerecidamente, por simple capricho egoísta, y por la debilidad de persistir en el contumaz error de comer lo que no se debe, ni por motivos morales ni por razones de bienestar propio y ajeno.

La única forma que habría de reducir a cero el deseo sexual, de suprimirlo por completo, sería mediante una alteración biológica, quirúrgica o bioquímica, que al mismo tiempo redujera a cero, en igual medida siempre, el deseo amoroso. Lo cual, por supuesto, equivaldría a reducir a ese individuo a no más que un ser vegetal, muy inferior incluso a un animal de los llamados "inferiores" o no humanos.

Al hablar sobre este tema me viene a la memoria el hecho de que, en 1990, en el número 750 de la revista española Interviú (que actualmente no tengo físicamente a la mano) leí un artículo titulado "Palmar de Troya. Los curas se perforan el pene para no pecar". En la primera de las varias páginas de ese artículo se muestra una foto grande en que aparecen caminando, de frente a la cámara, tres curas, cuyas caras de perversos exceden con mucho las de las caras más perversas de actrices** pornos que circulan por Internet.

** Menciono las caras de actrices, y no de actores, porque debido a estar, por causa de su demanda, la industria porno mucho más dirigida a hombres que a mujeres, las imágenes de perversidad en el semblante femenino están mucho más cotizadas que de en masculino, y por ello abundan más y están bastante más logradas que las de en hombres.

Por aquel entonces, al ver esa fotografía comprendí de inmediato lo que ocurría: esos curas estaban logrando cumplir con la prohibición religiosa de no tener relaciones sexuales, cuando menos cumplían hasta un grado anormalmente elevado, y ello los conducía, naturalmente, a tener fantasías sexuales que, por ser de contenido desviado del curso normal, suelen llamarse "perversas" por muchas personas conservadoras.

Curiosamente, en el mismo artículo se publicaron fotos de los penes de varios de esos curas perforados por argollas. Con lo cual parecía, evidentemente, decirse de manera implícita algo como "están cumpliendo con la prohibición de no tener relaciones sexuales, aunque la prohibición no dice, o no lo dice como algo esencial o tan esencial, que no puedan mostrar desnudos sus genitales ante miles o, potencialmente, millones de personas. Este tipo de acciones curiosas relativas a prohibiciones son muy abundantes en muchos ámbitos de la vida, de múltiples formas análogas, y podría mencionar muchas de ellas, y pienso hacerlo cuando tenga tiempo.

Cualquier persona que realmente desea la continuación por tiempo indefinido de una relación de pareja con una persona determinada, y que comprende las causas que mantienen unidas y que separan a las personas en las parejas, sabe que lo más conveniente para esa continuada unión es la existencia de miembros completos en las parejas, en lugar de las mitades que se acostumbran. Es decir, se entiende claramente que en estos casos lo más conveniente es tener por pareja (esposa, novia o exclusivamente sexual) una dulce-puta, una mujer tan amorosa como lujuriosa, tan caliente y libre como tierna, leal y cumplidora. Y lo correspondiente en cuanto a pareja masculina para individuos femeninos.

Porque de este modo no habrá, o no habrá tanto, la necesidad de buscar en distintas personas la satisfacción de las diversas necesidades que, por naturaleza, se tienen como ser humano, por tenerlas todas o casi todas satisfechas por una persona completa, que es tan caliente como amorosa, tan puta como leal (distinguiéndose aquí la lealtad de la fidelidad).

Asimismo, parte muy importante de las causas de la larga duración de la unión en las parejas, es la libertad para relacionarse sexual y amorosamente con otras personas además de con la "propia" pareja, esto es, además de con la pareja principal.

Esta libertad es un poderoso motivo de unión, con la pareja principal, y no sólo de unión, sino al mismo tiempo de enriquecimiento de la calidad de vida en pareja, y de progreso en general, del mismo modo en que en el ámbito económico sucede con la apertura a la competencia comercial con otras naciones o empresas.

La causa de esta forma de progreso no sólo radica en la posibilidad de la práctica de esa libertad, sino importantemente también en la práctica misma de esa libertad, en ejercerla de hecho, en la promiscuidad para decirlo más claramente, porque la práctica de hecho intensifica mucho más eficazmente su potencialidad de impulso hacia el progreso que la mera perspectiva de esa práctica.

Es decir, no basta con dejar la puerta abierta, sino que es preciso conducir a la pareja de hecho a través de esa puerta, de la mano hacia la práctica de esa promiscuidad, para intensificar la unión con ella, a través de una vida sexual y amorosa mucho más enriquecida tenida con ella.

Continúo escribiendo...


lunes, 6 de febrero de 2017

El equilibrio en las relaciones sociales

Por Roberto Patrón Zepeda

Última modificación: Jueves 9 de febrero de 2017, 9:35 am

El equilibrio no necesariamente debe ocurrir de una forma simultánea, para ser el modo mejor de combinar cualidades y estados contrarios. Puede también ocurrir de una forma alternada, es decir, de una forma en que se alternan, por ejemplo, la dulzura con la lujuria. Por supuesto, no hay formas por completo puras nunca, en ningún caso, y no estoy por ello hablando de una alternancia entre una forma de dulzura por completo pura (sin ninguna presencia de lujuria simultánea), ni de una presencia de lujuria por completo pura (sin ninguna presencia simultánea de dulzura), sino que hablo de predominancias, de un estado de relativa dulzura, en que lo predominante es la dulzura, y de oreo estado de relativa lujuria, en que lo que predomina es la lujuria.

Como estados como los dos del ejemplo se alternan o cuando ocurren simultáneamente, la relación es, por supuesto, mucho más placentera que cuando no hay la presencia más que de uno de estos dos estados, es decir, que cuando no hay más que un predominio siempre de uno de estos dos estados. Lo normal es que haya muchas personas que podemos catalogar como dulces, y muchas otras personas que podemos catalogar como lujuriosas; pero es poco común encontrar personas a las que podamos considerar como lujuriosas y dulces a la vez, es decir, como personas que de manera simultánea y/o alternada acostumbran ser tan lujuriosas como dulces o amorosas, cariñosas.

La presencia equilibrada de contrario que se complementan entre sí es mucho mejor que el desequilibrio en que la mayoría de las personas se encuentran. Es por esto que en la canción "El Breve Espacio", atribuida a Pablo Milanés y a Silvio Rodríguez, en que describe a una mujer extraordinariamente atractiva, se dice de ella "Suele ser violenta y tierna, no habla de uniones eternas, más se entrega cual si hubiera sólo un día para amar":

"Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad,
en la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está...

Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe, al día siguiente, lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio de lo que da.

Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.

Todavía no pregunté "¿te quedarás?".
Temo mucho a la respuesta de un "jamás".
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida,
no es perfecta, mas se acerca
a lo que yo simplemente soñé..."



Donde se expresa un equilibrio entre agresividad y ternura, y entre temporalidad y eternidad, presente en una misma persona. (Voy a escribir, posteriormente, mucho más acerca del equilibrio entre estas cuatro cualidades, así como entre otras cualidades y estados.)

Por razón precisamente de esa idoneidad posible del equilibrio no solamente simultáneo, sino también alterno es que en este nuevo blog se me ha visto hasta ahora escribir mucho más acerca de puchas y vergas y culos, mamadas y cogidas, que sobre ternura, o sea más sobre sexo que en cuanto a amor, y más en un lenguaje vulgar que en uno relativamente recatado.

Esto no se debe a que yo esté ahora cambiando mi forma de ser habitual, o sea mi personalidad, sino a que ahora estoy tratando de mostrar un equilibrio que en mí habitualmente, siempre, existe, a veces de manera alterna y otras veces de manera simultánea, entre estos estados, expresiones y maneras de expresar.

Ya antes se me ha escuchado hablar mucho sobre ternura y amor (lo cual ha aparentado implicar un cierto desequilibrio o exclusiva predominancia entre estos sentimientos y los de lujuria o deseo sexual), y se me ha leído hablar respecto a ello de las formas más propias de acuerdo con las costumbres de nuestra sociedad. Esa anterioridad y esta presente forma diferente de expresarme constituyen, conforman, ya entre sí relacionadas, una especie de equilibrio entre contrarios, que además está configurado de manera simultánea habida cuenta de la presencia ahora al mismo tiempo en mí de estás formas de expresión publicadas en distintos lugares de Internet.

Continuaré escribiendo luego...


Martes 7 de febrero de 2007

Última modificación: 7 de febrero de 2017, 8:15 pm

La "violencia" mencionada en la canción arriba citada, puede referirse a muchas formas de agresividad. Una de ellas podría ser una forma caprichosa y veleidosa de alternar la ternura con lo injustamente grosero, y en tal caso no estaríamos hablando de una forma de equilibrio provechoso ni admirable ni deseable en modo alguno, y ésta podría ser de hecho la forma a que un autor podría estarse refiriendo en un intento, como obviamente lo es esta canción, de describir a una mujer maravillosa, si ese autor padeciera alguna forma relativamente aberrante de conceptuar lo maravilloso, cosa que de hecho existe en muchos autores.

Sin embargo, hay muchas otras formas de agresividad a las que el autor podría con ello estarse refiriendo. Una de ellas, realmente loable, y en muy alto grado, podría ser, por ejemplo, esta que es totalmente sana desde todos los puntos de vista, y que constituye una forma típica de ser de las personas, mujeres y hombres, que han alcanzado un grado de equilibrio muy completo en sus maneras de sentir y de expresarse: es imposible que la sensibilidad en alto grado que lleva a una persona a amar en extremo lo justamente apreciable o adorable, como la hermosura de un cordero, por ejemplo, no conduzca a esa misma persona a odiar al mismo tiempo en extremo lo justamente abominable, como, por ejemplo, la matanza de un cordero, por cualquier motivo con el que se trate de justificar ese acto (excepto cuando realmente sea necesaria para evitar algún sufrimiento mayor a ese animal). Y aunque hay personas que tratan de ocultar y reprimir las emociones que se contraponen al amor, esta forma reprimida está en realidad muy lejos de ser una forma sana de vida.

La forma más sana de conducirse en estos casos, es dar libre paso a la expresión de lo que se siente, de todo lo que se siente, del amor por esos animales, en dicho ejemplo, pero también, por supuesto, y en la misma medida en que se siente, del odio contra las injusticias que contra los animales se cometen diariamente, en casi todo el mundo.

Y, sin embargo, las limitaciones en la expresividad son tan grandes y graves aún en la actualidad, que lo actualmente común es la represión, la autorepresión en muchos caos, derivada de formas de heterorepresión provenientes de fuera, de los sentimientos que se contraponen al amor y el acuerdo, o sea la represión de la expresión completa, completamente libre, de todo el odio y desacuerdo que se siente, contra quienes cometen las injusticias que prevalecen por todo el mundo.

Y ello es causa de numerosos padecimientos, mentales y hasta físicos, de los que las causas se pretenden ignorar, y de los cuales, se desprenden otros aún mayores cuando, por lo general, tratan de resolverse no haciendo más que controlar los síntomas resultantes de esas represiones, incluso, en muchos casos, con medicamentos (donde por supuesto no son necesarios), y hasta con violencia física, como torturas y hasta asesinatos.

Si bien recomiendo el alcance del logro de permitirse sentir sin limitación alguna todo el odio que puede llegar a sentirse cuando se observa una injusticia contra algo o alguien a quien uno o una ama en extremo o en alto grado, y si bien recomiendo formas de expresión cuantitativamente ilimitada de todo ese odio sentido, no recomiendo en cualquier caso que esa expresión o desahogo consista en formas de violencia física, excepto en cualquier caso en que ésta se haga imprescindible por hallarse acorralado(a) en alguna forma de injusticia en la que está haciéndose preciso defenderse, o defender lo amado, de algún modo como ese, como un último recurso. Y eso está de acuerdo con la ley de casi cualquier lugar, y así es como recomiendo que hasta el máximo se procure, y no porque las leyes sean en todos los casos justas, sino porque el cambio de leyes injustas puede en muchos casos ser posible mediante formas no físicamente violentas.

Sin embargo, en casi cualquier caso, la expresión verbal completa de cuando menos el odio es por completo recomendable, siempre que en la actualidad nos sea posible, si bien lamentablemente, es imposible en muchos de los casos, incluso en medios tan supuestamente libres como Internet.

Esta forma de limitada y en extremo sana y deseable libertad está aún muy acotada, sistemáticamente prohibida, por todos lados en todo el mundo, incluyendo, como antes dije, el Internet.

Y por ello, y sólo por ello, no la recomiendo en modo alguno, en la medida y dentro de los sitios en que esa prohibición existe. Lo que, en cambio, sí recomiendo hacer, sin ninguna limitación, es traducir ese odio en un acicate para el trabajo más arduo en contra de la comisión de esas injusticias que a uno(a) le desagraden u horroricen, y que ese trabajo consista en la consecución de las formas legales de protección a los inocentes y el castigo a los culpables de injusticias, o sea de agresiones cometidas contra inocentes.

No obstante, en la intimidad con al menos nosotros mismos, y con personas de extrema confianza y pareceres similares a los nuestros, y en los sitios apropiados para ello, la expresión completa sí es recomendable, siempre que ello sea a modo de impulso a las formas sociales, esto es de mayor amplitud social, de lograr la justicia sin forma ninguna de transgresión de ninguna ley.

Ello, así, puede implicar conductas muy íntimas, en conversaciones con otras personas de mucha confianza, en que verbalmente se expresen deseos agresivos a los que el odio naturalmente conduce cuando se deriva del enterarse o ser testigo de injusticias, sólo como formas, repito, de que esa expresión conduzca a acciones, y a la planeación de acciones, legalmente conducentes a la solución de esas injusticias que se aborrecen o a uno(a) le desagradan, o con las cuales no se está de acuerdo.

Esa forma de "violencia", verbal, muy limitada socialmente en la actualidad desafortunadamente, puede consistir en simplemente algo como maltratar verbalmente a agresores injustos. Y esto es de hecho algo que casi todo el mundo hace, y que no parece estar prohibido por ninguna ley en ningún lugar del mundo. Es una forma de desahogo, como el grito o alarido de dolor que a cualquiera le puede aflorar cuando una puerta le machuca un dedo, y no, en modo alguno, una forma de maquinación de acto ninguno de violencia contra otros o contra uno(a) mismo(a).

Dentro de las formas de "violencia" verbal que son completamente deseables, y legales, por la enorme idoneidad que implican para la salud, el placer y la felicidad, está el trato, tácita o expresamente, convenido por los miembros de la pareja, o de cualquier otra forma de relación social armoniosa, en que se combinan, de manera simultánea o alternada, palabras y/o expresiones contrarias entre sí, como, por ejemplo en el trato a la pareja o a una hija, el llamarla "flaquilla divina" o "flacuchita hermosa", donde obviamente las palabras "flaquilla" y "flacuchita" pueden sentirse un tanto menospreciativas o despectivas, pero enseguida se equilibran con el contrapeso de lo considerado como divino o como hermoso.

Dentro de la pareja hay expresiones en ese mismo sentido, como, por ejemplo, "diosita putita", "putuela divina", "chicuela hermosa", "putuela de mi vida", "putuela de mi corazón", "chupadorcilla de verga(s)". En este último caso, el equilibrio puede realizarse entre la relativa agresividad de las palabras y el tono cariñoso o dulce con que se dicen, o cuando palabras como éstas se acompañan con un amoroso abrazo o caricia, o cualquier otro gesto de amor o ternura. De este modo, el equilibrio también puede ocurrir entre un enfático "¡puta barata!" cuando se expresa a modo de aprobación, con gusto y entusiástico amor a una mujer que ha realizado o piensa realizar alguna forma de mayor libertad sexual, como puede ser una determinada postura en el coito, o alguna otra forma de petición que su pareja le ha hecho, como, en algunas parejas o relaciones, el tener sexo con otra persona que la pareja, permanente u ocasional.

En muchos casos el contrapeso puede ser meramente tácito, inexpresado en ese momento, por consabido, como, por ejemplo, cuando un hombre simplemente llama a su pareja "Puta", o al llegar a casa y saludarla con un "¡Ya llegué, puta!" sin que en el tono ni en ninguna de las acciones acompañantes haya ningún contrapeso cariñoso, pero habiendo entre ellos ya el conocimiento de que él lo dice con amor, o que incluso él la llama así precisamente cuando, por algún motivo, siente por ella un amor más acrecentado de lo normal.

Por otra parte, cuando un hombre simplemente dice "puta" a su pareja, puede no haber ningún equilibrio simultáneo de esa palabra con ninguna forma de contrapeso cariñoso, sino un desequilibrio consistente en sentirse excitado y desear tener sexo con ella. Sin embargo, el equilibrio puede luego producirse, de manera alterna, cuando tras la relación sexual él la abraza con acrecentada ternura y/o le dice cosas como "reinita linda", "diosita divina", etc. En este caso, como en todos los equilibrios alternos, se producen dos desequilibrios sucesivos, contrarios entre sí, que entre sí al final dan un saldo de equilibrio.

Continúo escribiendo en otra ocasión.


Jueves 9 de febrero de 2007

Considero que hasta aquí ha estado bastante claramente sobreentendido que la equilibrada contrariedad entre "violencia" y ternura a que me refiero a través de la canción citada, no es una como la que ocurre en actos, psicológicamente patológicos, como el golpear a la mujer y enseguida pedirle perdón y besarla cariñosamente, y luego repetir este procedimiento contradictorio a fin de disfrutar del acto protectivo al que mediante la agresión previa uno ha dado lugar deliberadamente para ello.

Por supuesto que no, y ahora quiero decirlo explícitamente, por si alguna duda pudiera quedar.

No me gusta, por no ser el más apropiado, el término "violencia", sino "agresividad", que es más general, que engloba a la violencia y al mismo tiempo muchas otras formas de agresión, que no implican brusquedad.

La agresividad a la que me refiero en el equilibrio, es la necesaria para proteger lo que merece protección y progresar, y todo progreso implica, indefectiblemente, siempre, actos de agresión, sin que en ello haya nada de antinatural ni de malo, en absoluto. Por ejemplo, cuando se corta una planta para alimentarse se está uno protegiendo de esa forma y a la vez está agrediendo a esa planta. No puede haber nunca ninguna forma de protección sin que haya una forma de agresión, que ha sido imprescindible para ello.

Toda forma de libertad implica siempre en cierto modo una especie de agresividad, esto es, es agresiva. De este modo es como se produce el equilibrio en, por ejemplo, un simple acto, especialmente excitante en lo sexual, como el que una mujer use minifalda y al mismo tiempo cruce las piernas. El uso de una falda más corta de lo que en una época determinada es lo más común, implica una libertad que se sale de lo ordinario, que implica una especie de agresividad, para la persona que la usa y para su entorno (para quienes puedan observarla). Ser liberal es abrirse a una mayor agresividad que ser conservador.

Y si al mismo tiempo esa misma mujer mantiene las pernas cruzadas, protegiéndose de ese modo, está de esa forma creando una contrariedad que tiende a incrementar la atracción hacia ella. Es como en el caso de una mujer de rasgos o de vestimenta infantiles que al mismo tiempo exhibe una actitud, postura o gestos poco recatados, impúdicos u obscenos, produciendo un equilibrio entre contrarios que la hacen más atractiva.

Por supuesto, una mujer desnuda, o un hombre desnudo, con las piernas completamente abiertas, puede ser también en extremo excitante, aunque en ello no haya una contrariedad equilibrante dentro de esa misma persona, por no haber en ella más que libertad; sin embargo, el poder de excitación de esa situación radica en el equilibrio que ello guarda con su entorno: es excitante debido a que eso no es normal en su entorno, y así el equilibrio entre su libertad y la relativa falta de libertad de su entorno es lo que produce atracción hacia ella, y excitación y placer.

¡El desayuno está servido! ¡Me fascina la idea de sentarme a esa mesa a comerme ese extremadamente eXXXquisito manjar! ❤❤❤❤❤❤
¿Te gustaría comerte mi verga entera, de ese mismo modo, todos los días, reinita divina? ❤❤❤❤❤❤

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❤❤❤❤❤❤

Si el entorno fuera igualmente libre, la atracción no existiría, a menos que esa persona y todo su entorno estuvieran dentro de un proceso de equilibrio alterno, en que todos son muy libres ahora, pero antes no lo fueron, y, un tiempo después, dejarán de serlo hasta ese grado, para luego volver a serlo, de manera cíclica, de una manera similar a como pasamos la mayor parte del día vestidos y sin coger para al llegar la noche, o a cualquier otra hora u horas del día, desvestirnos y coger, de manera cíclica.

Las formas simultánea y alterna del equilibrio pueden, y de hecho así es con frecuencia por lo general, combinarse armoniosamente, en muchos pares de contrarios, si bien en la actualidad se conoce muy poco, de modo consciente, acerca del equilibrio entre todos los pares de contrarios, siendo necesario tener acerca de ello un conocimiento cabal consciente que nos permita aplicarlo de manera sistemática, de tal modo que nuestra vida sea mucho más plena que en la actualidad.

Una libertad como la del escarceo previo al coito mediante un "perra desgraciada" en plena excitación sexual es necesaria, por mencionar solo un ejemplo entre un ilimitado número de posibles, para llegar poco después a un "diosita divina". Y una y otra cosa son imprescindibles para que la otra de estas situaciones pueda disfrutarse, por contraste con su opuesto.

La libertad sexual llevada en un momento dado a cabo al máximo puede ser extremamente disfrutable, precisamente a causa de la posibilidad de esa alternancia entre contrarios, en que se lleva ya un relativamente largo tiempo sin tener sexo, o teniéndolo muy poco, y luego se pasa a una libertad en la que al mismo tiempo que se rompen todas las limitaciones en cuanto a cantidad de ropa vestida, se realiza también en cuando a posturas sexuales y nivel de lujuria y obscenidad.

¡¡Mira de cerca la cara de puta de esta asombrosamente linda hembra!! ❤❤❤❤❤❤❤❤ ¡¡¡La adoro!!!

Para ver a tamaño completo cualquiera de estas imágenes, que. casi todas, son mucho más grandes que como en la página se muestran, haz clic izquierdo en ella y sin soltar el botón del ratón mueve el puntero hasta la barra de direcciones del navegador, y suelta el botón, y enseguida, cuando la foto se haya agrandado, haz clic en ella otra vez. Opcionalmente, haz clic derecho en la imagen y en el menú que se despliega elige "Abrir en una pestaña nueva", y cuando se abra en otra pestaña haz clic en la imagen de nuevo.

Seguiré escribiendo...


domingo, 5 de febrero de 2017

Mi próxima forma de continuar

Por Roberto Patrón Zepeda

Esta noche, hoy o mañana en la madrugada, dentro de unas horas, pienso continuar, pero de una forma mucho más libre que hasta este momento, hablándote respecto al motivo y propósito de este blog, y más que acerca de ello entrando en materia en directo más a fondo. Pero ahora voy a dormir, en este momento, al menos por un rato, porque llevo ya varios días durmiendo demasiado poco, debido a estar trabajando.


sábado, 4 de febrero de 2017

Equilibrio simultáneo

Por Roberto Patrón Zepeda

Última modificación: martes 7 de febrero de 2017, 8:21 pm

Casi todo lo que existe, lamentablemente, en la actualidad en el planeta Tierra está en desequilibrio, en lamentable desequilibrio, y es preciso remediar esto, cuanto antes, y para siempre.

Y hay muchas formas de comenzar, y esta es una de ellas. Quiero continuar hablando sobre sexo, es decir, sobre amor y sexo; continuar diciendo aquí que no sólo el amor me interesa extremadamente, y que no sólo me gusta en extremo acariciar a un perro con todo cariño, o a un gato, o a una mujer o a un bebé, sino también, extremadamente, mamarle la panocha a cualquier mujer que me guste mucho, de las cuales por supuesto hay muchas en el mundo, y por supuesto meterles la verga, por los tres accesos, y cualquier otro si lo hubiera por fortuna.

Y hay algo más, por supuesto, que es preciso tal vez señalar muy explícitamente: la libertad de decirlo, de expresarlo, porque esta es una de las muchas formas de equilibro de las que está el ser humano en la actualidad en extrema necesidad.

Hasta aquí he mostrado ejemplos, no muchos, de equilibrio entre imágenes, que muestran, unas, amor y ternura, y otras, lujuria, lascivia, deseos de coger, de sexo y de sexo en acto, de hecho.

Pero ahora quiero, antes de hablar tanto como es también preciso por supuesto en cuanto a dicha forma de equilibrio, hablar ahora en cuanto a otra forma de equilibrio, que sucede, se produce, de una forma simultánea en algunas personas, que lamentablemente son pocas, extremadamente pocas en el mundo, cuando menos hasta el grado en que aquí, en muy limitados (pero importantes) aspectos voy a mostrar.

Una puta que tiene el valor de dejarnos mirar su panocha, de mostrarnos lo hermosa que es también desnuda, y que al mismo tiempo se muestra tierna.

En la actualidad hay formas de equilibrio que en muchos sitios pornos se procuran de manera sistemática, por la conciencia de que tales combinaciones de contrarios son muy atractivos sexualmente; como, por ejemplo, en el caso de los sitios pornos especializados en mujeres de apariencia adolescente (a las que de hecho catalogan ellos como tales; aunque por supuesto hay también de hecho sitios en que las muchachas son realmente adolescentes, o incluso niñas propiamente dichas).

En el caso de una muchacha vestida de colegiala, el atuendo (el uniforme escolar) y el peinado (con trenzas o colitas), son, por ejemplo, parte de que se tratar de balancear con la actitud considerada adulta de tener sexo. Una de esas muchachas con pantaletas estampadas con florecitas u ositos de peluche con una verga toda entera dentro de su boca, es maravillosamente excitante para muchos hombres, para la mayoría, y esto es de tantos tan consabido que no es de extrañar que estas formas de causar placer sean tan comunes en los sitios pornos.

Muchachas en relativo equilibrio del tipo "niña" putita, que es muy excitante para la mayoría de los hombres:












Sin embargo, ¿dónde están los besos en la verga, o en las vergas, y en la panocha o panochas? ¿Cuántas veces vemos entre toda esa pornografía videos o fotos de muchachas o mujeres besando verga o vergas, o panocha(s), con tanta ternura y cariño como lo harían en la boca de alguien de quien están muy enamoradas?

Este beso en verga es una preciosa rareza, pero no parece especialmente tierno, aunque un beso es en sí una muestra de cariño.

Sería extremadamente fácil enseñarles a hacer eso, a actuar de tal modo que eso realmente parezca estar sucediendo, pero, aunque ese no es por supuesto el objetivo más ambicioso en esta forma de equilibrio, ni siquiera lo parecen intentar, y hasta parece haber una especie de tabú a este respecto, como si tratárase de disociar el amor de sexo.

Lo realmente pretendible, y muy alcanzable, en estos casos, por supuesto, no sería precisamente esa actuación, ese entrenamiento en la actuación, sino el entrenamiento en la libertad y en el estímulo para de hecho sentir, realmente, amor, cariño e incluso ternura, por la verga o pucha que están mamando esas personas en esos videos y fotos, incluso tratándose de personas en las que la relación no es más que de trabajo y que antes de ese día jamás se habían visto.

La importancia de esto es grande, por la influencia enorme que esto tiene en la manera de comportarse las demás personas (gran parte de las demás personas) en su vida sexual personal, no siendo actores o actrices ni modelos pornos. Mucha gente toma esos videos y fotos como muestras instructivas de lo que en su vida sexual pueden hacer, y de lo que no pueden hacer, aunque muchas veces no están dándose cuenta de lo que en esos casos está faltando, de lo que se está excluyendo o en cierta forma prohibiendo mediante esa omisión.

Por ahora no voy a mostrar aquí ningún video ni fotografía de este tipo deseable de sexo público (de besos en puchas y vergas), de porno relativamente equilibrado en ese aspecto; y del porno mutilado, el que podemos a diario encontrar y encontramos de hecho cada vez que buscamos cualesquiera muestras de pornografía, para qué mostrar si es de lo más común, es lo hoy por hoy predominante; ese porno mocho de lo esencial, de una parte esencial de la vida sexual.

Hay mucho más que decir al respecto, y después escribiré aquí mucho más sobre este y otros muchos temas relacionados; pero por ahora, este día, voy a limitarme a incluir sólo unas pocas fotografías de mujeres deliciosamente equilibradas, cuando menos en sus modos de posar para fotografía y de actuar (tal vez sólo actuar), para sesiones fotográficas o de películas eróticas y pornos. Sin embargo, esto, si bien no es lo más deseable, es cuando menos un enorme avance con respecto a lo presentemente predominante en nuestro planeta.

Por hoy no haré casi más comentarios al respecto, ni sobre estas fotos en particular, sino en cuanto tenga tiempo suficiente para ello. Las dejo, estas fotos, con el fin de que en este ínterin vayan siendo examinadas, y degustadas con el placer que el equilibrio suele traer aparejado en cada forma en que se manifiesta:

Nótese la equilibrada combinación entre lujuria y ternura en sus ojos, y en su desnudez y lencería.

Francesca Neri