sábado, 4 de febrero de 2017

Equilibrio simultáneo

Por Roberto Patrón Zepeda

Última modificación: martes 7 de febrero de 2017, 8:21 pm

Casi todo lo que existe, lamentablemente, en la actualidad en el planeta Tierra está en desequilibrio, en lamentable desequilibrio, y es preciso remediar esto, cuanto antes, y para siempre.

Y hay muchas formas de comenzar, y esta es una de ellas. Quiero continuar hablando sobre sexo, es decir, sobre amor y sexo; continuar diciendo aquí que no sólo el amor me interesa extremadamente, y que no sólo me gusta en extremo acariciar a un perro con todo cariño, o a un gato, o a una mujer o a un bebé, sino también, extremadamente, mamarle la panocha a cualquier mujer que me guste mucho, de las cuales por supuesto hay muchas en el mundo, y por supuesto meterles la verga, por los tres accesos, y cualquier otro si lo hubiera por fortuna.

Y hay algo más, por supuesto, que es preciso tal vez señalar muy explícitamente: la libertad de decirlo, de expresarlo, porque esta es una de las muchas formas de equilibro de las que está el ser humano en la actualidad en extrema necesidad.

Hasta aquí he mostrado ejemplos, no muchos, de equilibrio entre imágenes, que muestran, unas, amor y ternura, y otras, lujuria, lascivia, deseos de coger, de sexo y de sexo en acto, de hecho.

Pero ahora quiero, antes de hablar tanto como es también preciso por supuesto en cuanto a dicha forma de equilibrio, hablar ahora en cuanto a otra forma de equilibrio, que sucede, se produce, de una forma simultánea en algunas personas, que lamentablemente son pocas, extremadamente pocas en el mundo, cuando menos hasta el grado en que aquí, en muy limitados (pero importantes) aspectos voy a mostrar.

Una puta que tiene el valor de dejarnos mirar su panocha, de mostrarnos lo hermosa que es también desnuda, y que al mismo tiempo se muestra tierna.

En la actualidad hay formas de equilibrio que en muchos sitios pornos se procuran de manera sistemática, por la conciencia de que tales combinaciones de contrarios son muy atractivos sexualmente; como, por ejemplo, en el caso de los sitios pornos especializados en mujeres de apariencia adolescente (a las que de hecho catalogan ellos como tales; aunque por supuesto hay también de hecho sitios en que las muchachas son realmente adolescentes, o incluso niñas propiamente dichas).

En el caso de una muchacha vestida de colegiala, el atuendo (el uniforme escolar) y el peinado (con trenzas o colitas), son, por ejemplo, parte de que se tratar de balancear con la actitud considerada adulta de tener sexo. Una de esas muchachas con pantaletas estampadas con florecitas u ositos de peluche con una verga toda entera dentro de su boca, es maravillosamente excitante para muchos hombres, para la mayoría, y esto es de tantos tan consabido que no es de extrañar que estas formas de causar placer sean tan comunes en los sitios pornos.

Muchachas en relativo equilibrio del tipo "niña" putita, que es muy excitante para la mayoría de los hombres:












Sin embargo, ¿dónde están los besos en la verga, o en las vergas, y en la panocha o panochas? ¿Cuántas veces vemos entre toda esa pornografía videos o fotos de muchachas o mujeres besando verga o vergas, o panocha(s), con tanta ternura y cariño como lo harían en la boca de alguien de quien están muy enamoradas?

Este beso en verga es una preciosa rareza, pero no parece especialmente tierno, aunque un beso es en sí una muestra de cariño.

Sería extremadamente fácil enseñarles a hacer eso, a actuar de tal modo que eso realmente parezca estar sucediendo, pero, aunque ese no es por supuesto el objetivo más ambicioso en esta forma de equilibrio, ni siquiera lo parecen intentar, y hasta parece haber una especie de tabú a este respecto, como si tratárase de disociar el amor de sexo.

Lo realmente pretendible, y muy alcanzable, en estos casos, por supuesto, no sería precisamente esa actuación, ese entrenamiento en la actuación, sino el entrenamiento en la libertad y en el estímulo para de hecho sentir, realmente, amor, cariño e incluso ternura, por la verga o pucha que están mamando esas personas en esos videos y fotos, incluso tratándose de personas en las que la relación no es más que de trabajo y que antes de ese día jamás se habían visto.

La importancia de esto es grande, por la influencia enorme que esto tiene en la manera de comportarse las demás personas (gran parte de las demás personas) en su vida sexual personal, no siendo actores o actrices ni modelos pornos. Mucha gente toma esos videos y fotos como muestras instructivas de lo que en su vida sexual pueden hacer, y de lo que no pueden hacer, aunque muchas veces no están dándose cuenta de lo que en esos casos está faltando, de lo que se está excluyendo o en cierta forma prohibiendo mediante esa omisión.

Por ahora no voy a mostrar aquí ningún video ni fotografía de este tipo deseable de sexo público (de besos en puchas y vergas), de porno relativamente equilibrado en ese aspecto; y del porno mutilado, el que podemos a diario encontrar y encontramos de hecho cada vez que buscamos cualesquiera muestras de pornografía, para qué mostrar si es de lo más común, es lo hoy por hoy predominante; ese porno mocho de lo esencial, de una parte esencial de la vida sexual.

Hay mucho más que decir al respecto, y después escribiré aquí mucho más sobre este y otros muchos temas relacionados; pero por ahora, este día, voy a limitarme a incluir sólo unas pocas fotografías de mujeres deliciosamente equilibradas, cuando menos en sus modos de posar para fotografía y de actuar (tal vez sólo actuar), para sesiones fotográficas o de películas eróticas y pornos. Sin embargo, esto, si bien no es lo más deseable, es cuando menos un enorme avance con respecto a lo presentemente predominante en nuestro planeta.

Por hoy no haré casi más comentarios al respecto, ni sobre estas fotos en particular, sino en cuanto tenga tiempo suficiente para ello. Las dejo, estas fotos, con el fin de que en este ínterin vayan siendo examinadas, y degustadas con el placer que el equilibrio suele traer aparejado en cada forma en que se manifiesta:

Nótese la equilibrada combinación entre lujuria y ternura en sus ojos, y en su desnudez y lencería.

Francesca Neri


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