En mí hay desde siempre un par de particulares características de las que he hablado ya en privado; pero hasta ahora nunca en público; y que, desde hace muchos años, considero muy necesario aclarar, porque se han originado muchas malas interpretaciones en otras personas en cuanto a mí.
1. Nunca hablo con doble sentido, sino siempre de forma directa y tratando de ser muy claro y con toda franqueza. Si no digo algo con franqueza y directamente, nunca incluyo en lo que digo o comunico de cualquier manera un doble sentido. Es decir, que si no digo algo de manera franca y directa, es porque estoy callado o no estoy tratando de comunicarme de ningún modo.
Esto se debe a que nunca pienso con doble sentido, y otra de mis peculiaridades es que con mucha frecuencia soy muy espontáneo, mucho más que la gran mayoría de las personas, al hablar o al chatear por algún medio que considero no muy formal o que estimo amistoso. No así cuando, por ejemplo en el trabajo, por escrito en artículos o cartas (emails), o en audios, en que suelo hablar con menor espontaneidad y cuidando evitar posibles interpretaciones de dobles sentidos.
Realmente, para mí es desagradable siempre tener que estar cuidando tales posibilidades, especialmente ante gente que considero de confianza de alguna manera, o en los casos informales con relativos desconocidos.
Y, sin embargo, por supuesto, considero que esto es importante, y he llegado a hablar de este problema, en privado, con alguna persona hace un tiempo.
Hay personas que me han dicho alguna cosa con doble sentido, de una forma intencionada, que no he entendido ni pedido que se me aclare en esos momentos, por no considerarlo de mucha importancia, y que mucho tiempo después, incluso décadas, he llegado a comprender, tras casualmente aclarar su semioculto significado, que por lo general es de inmediato claro para la gran mayoría de personas cuando lo ven o escuchan.
Al mismo tiempo, otro problema es que con frecuencia se interpretan con doble sentido mensajes, escritos, hablados, en imágenes o en audios, que de ningún modo tienen, para mí, ese significado.
Aunque mis mensajes directos en diversos casos pueden llegar a ser muy fuertes, nunca hago esto con algún doble sentido. Para mí esto nunca es una opción, y veo que en esto soy muy diferente de la gran mayoría de la gente.
Curiosamente, mi forma de razonamiento más desarrollada, y a la cual principalmente debo mis más destacados descubrimientos científicos, es el método analógico, y por esto podría pensarse que yo podría usar a menudo y con destreza los dobles sentidos al comunicarme.
Sin embargo, al mismo tiempo, uno de los principios que determinan mi deseo de saber la verdad de las cosas, investigar y publicar, es hacerlo directamente. En el fondo, siempre considero que el doble sentido es una forma innecesaria, y menos rápida, de comunicación; un tanto tramposa o insuficientemente honesta. Y la rechazo a toda costa, inconscientemente, en los casos antedichos de informalidad o cercanía o confianza.
Sé muy bien que si me propusiera utilizar dobles sentidos podría hacerlo mucho mejor que muchas personas. De hecho, he escrito un diccionario de inglés y español de sinónimos, mucho más completo que otros.
Sin embargo, tratándose de una comunicación con alguien de confianza, siempre deseo que sea de una manera por completo desarmada, sin desconfianza, o totalmente inocente si así quiere considerarse.
Por favor, en estos casos siempre ten en cuenta esto en cuanto a mí.
2. ¡Soy un pésimo fisonomista! Y esto es algo que vengo deseando aclarar para mucha gente, públicamente, sobre todo desde que, en persona, he estado pidiendo y recibiendo donaciones.
Realmente, me preocupa mucho el hecho de que sé que aun cuando una persona me haya donado una cantidad anormalmente significante, si la vuelvo a ver al día siguiente lo más probable es que no vaya a reconocer que se trata de ella.
Por lo general, necesito ver a una persona un mínimo de tres veces, para reconocerla al volverla a ver, y si pasan años sin que vuelva a verla ni en fotografía, es muy probable que no pueda reconocerla.
Esto se debe a que siempre que estoy hablando con una persona, doy mucha más importancia a lo que dice y lo que hace que a su forma física, incluyendo cómo viste o el carro en que va. Por esto, noto a menudo que yo recuerdo de mucha gente mucho más estos aspectos, que considero más importantes, que la gran mayoría de las demás personas.
He aclarado muchas veces esto, a mucha gente, a través de los años. Pero siempre es insuficiente.
Por favor, toma muy en cuenta que, pese a esto, te agradezco infinitamente tu amable y valiosa ayuda, o tus atenciones.
Nota: La primera de estas dos aclaraciones, va dirigida principalmente a gente de habla inglesa, que es actualmente con la que más me relaciono.
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