Mañana comenzaré a denunciar los abusos cometidos en la Casa de "Misericordia" a organizaciones de derechos humanos.
Voy a enviar por supuesto también una carta al respecto a autoridades eclesiásticas de cierta jerarquía. Y como estoy casi seguro de que van a reaccionar tan corruptamente como estos tres imbéciles (el diácono Vicente Leal Zacarías, el "psicólogo" Juan Gabriel Ulloa Martínez y el presbítero José Marcos Castellón Pérez), esto es, haciéndose de oídos sordos o hasta defendiéndolos, voy a dirigirme enseguida al papa, sin más demoras. Y si este se empeña en reaccionar de esa misma manera, voy a dirigirme a él también exactamente como en tal caso va a merecerse. ¿O acaso alguien lo duda?
La gente idiota, esa que lucra robando el progreso al prójimo, tiene que entender que el respeto no es, en absoluto, por quién se es, sino únicamente por cómo se es.
Y por supuesto seguiré subiendo muchos archivos más a este respecto.
También en el transcurso de esta semana comenzaré a publicar archivos nuevos, y anteriores, dirigidos a algunas de las mujeres que amo.
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