miércoles, 21 de septiembre de 2022

(1) Los psicopáticos abusos de René Zúñiga Hermosillo y su madre

Este caso es otra clara prueba de que cuando los problemas no se atienden suficientemente, empeoran; y tal atención debe ser denunciar, con total apertura y, tanto cuanto sea posible, pruebas de ello.


El 24 y el 25 de agosto pasado, denuncié en este blog, meramente mediante alusiones, una serie de abusos, sin casi ningún detalle; por entonces solo como forma urgente de contener a los agresores, ubicados un lugar en el que estuve rentando una habitación, hasta  poder intentar mudarme a un lugar tranquilo y apropiado para continuar con mi trabajo.


El sitio en cuestión, es una casa de huéspedes, que se ubica en la calle López Cotilla número 875, entre las calles Escorza y Camarena, en Guadalajara, Jalisco, México; y es administrado por un tal Manuel Gutiérrez, tal como él se identifica ante sus inquilinos, sin revelar un segundo apellido ni mostrar nunca ninguna identificación, aunque  radica en la misma casa.


Las denuncias antedichas, meramente públicas por ahora, son estas publicaciones:


Agresiones con saña que actualmente están seriamente arriesgando la continuación de mis trabajos

http://encompletoequilibrio.blogspot.com/2022/08/agresiones-con-sana-que-actualmente.html


MÁS AGRESIONES EN MI CONTRA

http://encompletoequilibrio.blogspot.com/2022/08/mas-agresiones-en-mi-contra.html


Sin embargo, los abusos y delitos, pese a tales advertencias, continuaron, con aparente moderación, pero empeorando hasta el grado de que Manuel Gutiérrez, que actúa del todo al margen de la ley, añadió el abuso de pedirme (dos días antes de la fecha de vencimiento del pago mensual que por adelantado hice) que dejara el cuarto, precipitando mi salida, hacia un lugar que tuve que elegir apresuradamente.


Por desgracia, todavía no va a serme posible denunciar lo suficiente esos otros recientes abusos, más que en muy pocas palabras, por falta de tiempo otra vez.


En síntesis: Un muchacho homosexual, vecino de otro cuarto en esa casa, me estuvo acosando, con la complicidad de un amigo íntimo suyo (muy probablemente bisexual y más que amigo de él), que al ver mi rechazo me estuvo también molestando, a fin de que cediera a las pretensiones homosexuales o que me fuera de ese lugar.


Al quejarme de esto con Manuel Gutiérrez, este reaccionó con parcialidad, poniéndose del lado de ellos, de manera irracional, debido a favores que les debía. Y cuando, en vista de ello, le advertí que podría denunciar la evasión de impuestos que en ese negocio se está cometiendo (no se expiden facturas a los inquilinos), trató de amedrentarme varias veces y me amenazó, de forma muy directa incluso.


Y estoy ahora ante un caso de abusos aún peores que los anteriores, en el que un sujeto de nombre René Zúñiga Hermosillo, que se ostenta como dueño de una casa en la que renta dos habitaciones, está cometiendo en mi contra un muy notorio, descarado (con cinismo) y agresivo fraude, y, lo que puede ser todavía peor, es del todo razonable deducir, de varios hechos, que lo viene haciendo contra muchos otros de sus inquilinos y prospectos, desde hace años, de manera sistemática y planeada, en coautoría con su madre y con otra persona, que lo está anunciando a través de Facebook, sin mostrar ninguno de sus apellidos y tan solo un nombre, que probablemente es falso.


La conducta de estas dos personas con las que he tratado directamente, René Zúñiga Hermosillo y su madre, es tan notoriamente absurda y abusiva, * que es evidentemente patológica.


* Y aquí es importante anotar: Cuya irracionalidad es siempre en el sentido de abusar, y no en ningún otro sentido.


Para dar una idea anticipada de lo que ahora enfrento, esta comparación es útil:


El caso más arriba mencionado, no consiste más que en un conjunto de conductas deshonestas y muy abusivas, apoyadas sobre la ventaja que se cree tener, y que se tuvo de hecho en cuanto a mí hasta cierto punto, en fuerza numérica y bruta. Es un caso típico, sobreabundante en un país muy atrasado en su sistema de justicia, de abusos con saña, vileza, y delitos, que a menudo vemos todos desde cerca, y padecemos de cuando en cuando.


El caso ante el que ahora me encuentro, en cambio, aunque esencialmente muy similar en el grado de injusticia que conlleva, implica un modus operandi muy distinto, más organizado aún y en el que, al principio, no se ve muy claramente dónde acaba la patológica malignidad, que evidentemente la hay, y dónde estos sujetos se aprovechan de ello, de la repelencia y precaución que ello en sus víctimas genera, para sus propósitos vividores, de lucrar de manera ilegal y sin ningún escrúpulo, mediante el fraude, fácil y, en la gran mayoría de los casos, seguro para ellos.


Es un thriller psicológico en la vida real, que implica la patología mental perversa y de extremo descaro —por la impunidad con la que estos sujetos habitualmente delinquen— de casos no tan abundantes como el más arriba referido.


En vista de los serios riesgos que para mi integridad, física y económica, y la de muchas otras personas, los abusos de estos tres sujetos están implicando, especialmente los dos que viven en esta casa, y la urgente necesidad de prevenir aún mayores abusos en mi perjuicio, y en el de muchas otras personas aún más indefensas que yo, me veo precisado a exponer lo que está sucediendo, con las pruebas que esta responsable y apremiante prevención requieren.


Además del relato de lo que aquí está ocurriendo, incluiré más de veinte grabaciones de audio y múltiples capturas de pantalla sobre comunicaciones mediante Internet.


Por razones de urgencia de comunicar ya cuanto material prioritario a la mano al respecto tenga, lo publicaré omitiendo por ahora archivos que son de contextual * significancia para comprender mejor lo que sucede.


* Se trata de otros hechos, de importancia por sí solos no esencial, pero que dentro del conjunto aclaran mucho más lo que sucede.


Esto significa que para captar al máximo lo que aquí está ocurriendo, será necesario leerlo completo, al final de esta serie de publicaciones, que iré haciendo al respecto.


---Continúo escribiendo...


Como muestra de lo antedicho, este audio:



https://archive.org/download/Los-psicopaticos-abusos-de-Rene-Zuniga-Hermosillo-y-su-madre_Audios/05_2022-09-10_13-15-26.mp3

 

Contenido de este archivo de audio:


Salgo del cuarto y fuera está Frida, una de las dos perras que hay en la casa; la saludo y la chiqueo un poco en voz muy baja, y camino hacia  la cocina.


Enseguida, René sale de su cuarto y se sienta a fumar en un sillón en la sala, a un lado de la entrada a la cocina, mientras estoy acomodando, en el refrigerador, algunos alimentos que el día anterior compré. Y él habla con su mamá, que está a unos metros de allí, y con Frida.


3:13 René pone música y comienza a cantar, cosa que acostumbra hacer a través de todo el día, todos los días, así como fumar y estar sentado en dicho sillón, cuando no está dentro de su cuarto.


3:47 Salgo de la cocina hacia el cuarto y al pasar saludo a René, hago un comentario sobre Frida y continúo caminando.


4:15 Cuando estoy abriendo la puerta del cuarto, a unos 5 metros de donde René está sentado, este, sin moverse (y ni siquiera reclinarse) del sillón:


René: Oiga, Roberto...


Roberto: Hey


René: Cuando vaya...


Camino acercándome hasta unos dos metros de él.


René: Cuando vaya —repite— al centro, a comprar, le voy a encargar para mi mamá —mientras golpea con el dedo el cigarro sobre el cenicero, que siempre tiene en el apoyabrazos del sillón (incluso cuando él no está allí), para no tener que mover el brazo, a la mesa de centro.


Cuando allí se sienta, varias veces al día, durante horas, solo mueve un dedo, para tumbar la ceniza al cigarro; el brazo, de la boca al cenicero y viceversa; y la boca, para cantar —eufórico— y soltar frecuentes risotadas, como sintiéndose bendecido por su existencia parasitaria.


Roberto: No, no puedo hacer eso.


René: ¿Por qué?


Roberto: Porque traigo muchísima carga, y siempre traigo menos de lo que puedo. O sea, por ejemplo, ayer, que fui para allá, eeeeh, llevaba una lista como de quince cosas...


René: Ajá...


Roberto: Y no las traje, las quince cosas.


René: Cuando tenga mi carro, yo lo puedo llevar.


Roberto: No, no. Es queee...


Me interrumpe abruptamente, enfurecido.


René: ¡Ah, bueno, está bien, no hay!


Roberto: Okey


René: ¡Ya! ¡Bay!


Roberto: Okey


René: ¡Retáquese a su cuarto!


Roberto: ¡No no no! ¡Voy a entrar al cuarto cuando yo quiera!


Al dirigirme otra vez hacia el cuarto, la mamá de René está parada en el umbral de su habitación, que está a un lado de la mía; me mira, como si no hubiera escuchado nada, y la miro,  sin saludarnos.


Denuncia al arrendador René Zúñiga Hermosillo ante Hacienda

http://encompletoequilibrio.blogspot.com/2022/09/denuncia-al-arrendador-rene-zuniga.html


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