viernes, 6 de junio de 2025

(2) Abusos cometidos por Ricardo Villanueva (arrendador evasor fiscal) y su mafia

Como ya es bien sabido, en México, si se renta cualquier inmueble el arrendatario se ve sometido, en la gran mayoría de los casos, a toda una serie de abusos cometidos por su arrendador, sobre todo cuando este opera al margen de la ley.

Esto se debe a que el Gobierno de México sistemáticamente favorece a los arrendadores y desfavorece a los arrendatarios (muestras concretas de esto ya he publicado muchas), obstaculizando al máximo las denuncias, de tal modo que si no se insiste suficientemente contra todo ese aparato burocrático-delictivo, no se logra nada en estos casos, como en cualesquiera otras denuncias interpuestas por los más vulnerables.

Este es el caso, típico, del dueño de la casa en que actualmente rento un cuarto, que dice llamarse "Ricardo", aunque luego he averiguado que su primer apellido es "Villanueva", y el segundo permanece oculto todavía por ahora.

El domicilio de la casa en que rento el cuarto, como ya antes he publicado, es en la calle Pino Suárez 227, entre las calles San Felipe y Reforma, en el centro de Guadalajara, Jalisco. Y el de la casa de los dueños es enseguida, en la calle Pino Suárez 229.

Su prepotencia y moral miserables, son dignas de relato, mediante pruebas en lo posible, porque siempre es necesario que este tipo de personas sean expuestas públicamente.

En complicidad con cuando menos otros miembros de su familia, esposa e hijos cuando menos, o algunos de ellos, así como con un grupo de los inquilinos de la misma casa, y otros sujetos, de vileza no menos abyecta, que luego ha venido añadiendo en sus abusos en mi contra, Ricardo Villanueva, se muestra a simple vista como alguien tranquilo; pero, ya conociéndolo un poco, de lo más descaradamente absurdo y abusivo, con la típica prepotencia de múltiples arrendadores, sobre todo los que no pagan impuestos, y creen que nadie puede denunciarlos suficientemente.

Sus crecientes atropellos han llegado incluso hasta amenazarme de muerte anoche, de manera disimulada, pero muy clara.

Voy a relatar todo en detalle poco a poco.

En esta casa, hay varias reglas no escritas que rigen cada cosa que en ella ocurre, y sin las cuales no puede estar aquí, porque se es expulsado, de manera coordinada por su arrendador y su mafia, que incluye familia, inquilinos y, por lo visto, algunos asalariados.

La regla que más se nota es una que grita: el que es silencioso es el más pendejo, y el más ruidoso es el más chingón, chingona o "inteligente", es decir, chingador/a o "ganador". Pero eso es solo en cuanto al aspecto más notorio, a los oídos hasta de los vecinos. Pero en síntesis, por supuesto, lo que significa es otra cosa, en lo esencial: el que exhiba más vileza, por todas las formas posibles, y una de ellas es el ruido, es el o la más chingón/a. Vileza en la forma de abusos, de hipocresía y de muy numerosas mañas, que, aunque son muy infantiles y muy ingenuas (como todo lo que hacen los idiotas abusivos), no son pocas y, sobre todo, son extremadamente obstinadas.

A pesar de mi acostumbrada tranquilidad, a fuerza de tales reglas, me han obligado a ser ruidoso (y no me disculpo —y ni siquiera me explico—, sino tan solo me expreso), con el fin de sobrevivir durante mi estancia, porque aquí, en la administración o coordinación de esta especie de mafia, hay retrasados mentales que no entienden más que tales salvajes leyes.

Sin embargo, puesto que ello implica toda una mafia contra una sola persona, me veo obligado a trasladar ese ruido que tanto valoran a donde sí tenga algún sentido, y no sean los sonoros rebuznos y vacíos ladridos de los perros que aquí, en su elemento, son "felices" en su amargura de no saber más que malvivir.

Pero acá, en Internet, el ruido va a ser muy distinto, porque no va a ser vacío, sino con pruebas de, al menos, varias partes importantes de ello. De aquello que la costumbre de ser vil al arrendar en México, se produce con todo descaro, en medio de otras muchas formas de vileza, que se entiende que se deben producir a diario aquí, tomando en cuenta dichas pruebas de asombrosa estupidez.

Desde que llegué a esta casa, me he preguntado una y otra y otra vez, con gran asombro: ¿Cómo es posible que haya un arrendador tan PENDEJO, tan asombrosamente PENDEJO, o tan VIL, tan asombrosamente VIL, que en una casa de 6 cuartos meta en tres o cuatro cuartos a gente que es de una misma familia, o de los cuales uno o dos no lo son, pero actúan exactamente como si lo fueran, que para el caso es lo mismo?

¿Por qué no lo puede entender, el abuso que de ello se engendra? (Y no es el hecho en sí, sino lo que ello engendra.) ¿Cómo puede serse tan pendejo para no entenderlo? Por la misma causa o grado de pendejez con que aquí Ricardo Villanueva administra el Internet y "administra" el agua (de modo ilegal, además, para variar con su delictiva evasión de impuestos), por mencionar solo otros dos ejemplos, de los que aquí hablaré también.

¡Que alguien le explique, al niño, que las mafias no son buenas, y cómo se forman! ¿O ya lo sabe, y es lo que pretende, porque se cree muy inteligente?

Aquí hay muchísimo que narrar, y lo voy a hacer en extenso y con detalle, y con algunas pruebas importantes de ello, aunque para las personas con nivel no en extremo rastrero de inteligencia, debe ser muy fácilmente deducible lo que aquí está sucediendo con el solo hecho de saber sobre tal monopolio de viles y sinvergüenzas mitómanas y mitómanos.

Continúo escribiendo al respecto...


Respaldos de esta publicación:

Jun-07-2025
https://archive.is/QTEBM

Jun-06-2025
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