Hoy la policía de Guadalajara ha incrementado sus acosos en mi contra extremadamente, desde muy temprano.
Poco después, cuando en la mañana llegué al parque Morelos, hacia el cuarto de escusados, al pasar por un lado del área donde grabé los dos videos de denuncia anteriores, había allí dos policías municipales, del sexo femenino, levantando a un anciano indigente que estaba acostado junto a un árbol, violando así aún más sus derechos constitucionales y humanos.
Esta vez no me detuve a fotografiar ni a grabar porque llevaba mucha prisa por llegar al baño.
En las cercanías de la entrada al baño y por mi camino acostumbrado hacia él, había esta vez, inusitadamente, unos 8 policías, en bicicletas.
En cuanto me aproximé al baño dos policías de inmediato y con rapidez se dirigieron hacia mí en diagonal por detrás. Uno de ellos, más adelante que el otro, caminó por detrás de mí muy cerca, del mismo modo en que lo ha hecho el empleado del gobierno que se encarga, por turnos de una semana, de los baños de ese parque y que ya antes reporté en uno de mis dos más recientes videos.
A propósito, desde ayer ha estado allí como encargado dicho empleado que, junto con una guardia de seguridad, me ha acosado en varias ocasiones, entre otros abusos que ha cometido.
Puesto que a pesar de que a este parque hay gran afluencia de visitantes (muchos de los cuales no son indigentes ni prostitutas ni clientes de estas), en parte porque se llevan a cabo allí eventos musicales, de tan solo tres escusados que hay uno siempre está cerrado, y con frecuencia se hacen filas, de avance muy lento, para ingresar a ellos.
Uno de los policías me siguió hasta el interior del baño mientras yo iba entrando, de tal manera que fue otra vez muy evidente que estaba siguiéndome.
Cuando salí del baño, otros dos policías se fueron lentamente detrás de mí en bicicletas a lo largo de unos 15 metros, hasta que di vuelta.
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