miércoles, 31 de agosto de 2022

(1) Acoso sexual en la Casa Pastoral San Vicente de Paul

Nota preliminar: Este artículo es un borrador todavía, muy incompleto aún, que iré completando en los próximos días.


"Casa Pastoral San Vicente de Paul", dice el letrero de un lugar, en Guadalajara, Jalisco, en cuyo patio hay un comedor comunitario, para gente de escasos recursos; en el que se prepara y sirve desayuno, de lunes a sábado, a alrededor de 30 personas; pero donde además se cometen abusos con mucha frecuencia contra las personas en estado extremo de vulnerabilidad que allí acudimos.


Para la gente con alguna formación moral, o jurídica, está de más decir que aprovecharse de esta diferencia en posiciones, es un agravante que tomar en cuenta; aunque, obviamente, es necesario señalar este hecho, en vista de que al mismo tiempo hay gente para la que las ventajas y las desventajas no parecen tener importancia al cometerse abusos; y otras para quienes esas diferencias son, precisamente, fuente de sádica satisfacción.


El origen visible, y "doloso" (para usar un término jurídico), o decididamente perverso, de prácticamente todos estos abusos, de los cuales voy a hablar casi exclusivamente en cuanto a los que he visto y padecido directamente, es el encargado y cocinero del lugar; cuyo nombre, según algunos indigentes me han comunicado tras preguntarles, es Sergio; y cuya edad, calculo, es de unos 62 años de edad, o más.


Sin embargo, hay ayudantes suyos allí mismo que lo protegen en sus abusos, y que, por lo tanto, son sus cómplices a la vez.


Artículo al respecto:

Amenazas en mi contra por denunciar acoso sexual contra una mujer indigente

http://encompletoequilibrio.blogspot.com/2022/08/amenazas-en-mi-contra-por-denunciar.html


---Continúo escribiendo aquí.


---Insertar la grabación del audio aquí.


00:04 Estando otra persona y yo adelante en una fila de unas 30 personas, esperando para entrar al comedor, Sergio, el cocinero, llama solamente a la otra persona, sin considerarme a mí ni a los demás, aunque sobreentendimos que era la llamada para todos, y entramos todos.


Dejo una de mis mochilas en la silla en que normalmente me siento, a cuyos lados hoy están sentados un muchacho y una muchacha. Enseguida voy al baño, regreso y me siento.


El muchacho antedicho, indigente (como casi todos los demás que allí desayunamos), tiene unos 40 años de edad, nació en Guadalajara, aunque vivió un largo tiempo en la ciudad de México, y en los últimos meses ha perdido la vista casi por completo, debido a un padecimiento curable, pero inatendido.


Y ella, indigente también, de unos 37 años de edad, es de origen cubano, y lleva algunos años en México. Antes de esta vez, ella y yo no habíamos platicado casi nada, nunca. La vez pasada que la vi, fue al pasar en la mañana por una banqueta en la que ella había dormido, y acababan de robarle su mochila, en que llevaba todas sus pertenencias.


A esta muchacha, he llegado a encontrármela de cerca muy pocas veces, y he platicado con ella muy poco, casi siempre unas palabras de saludo y despedida, exceptuando únicamente la conversación de la ocasión cuyo audio aquí muestro, en que causalmente coincidimos en esa mesa.


Nunca la he visto ebria o haciendo algún escándalo y siempre la había visto muy seria, antes de esta ocasión, en que platicó mucho, y hasta se rio varias veces.


Nunca la he visto vestir  atrevidamente. Aunque ni siquiera debería hacer esta aclaración, porque nunca debe depender de ello el si se acosa sexualmente o no a otra persona.


La mayoría de las veces que la he visto, en cualquier lugar, ha ido sola, y todas las veces que la he visto acompañada por alguien, ha sido por otro indigente, de cincuenta y tantos años de edad, muy noble y muy serio, al que jamás he visto ebrio en ninguna de las muchas veces que me lo he encontrado, y con el cual he platicado muchas veces, desde hace unos dos años, durante unas 5 horas en total.


---Continúo escribiendo aquí.


06:20 Pregunto a la muchacha, "¿oye, tú eres, de Cuba?"


25:51 Llega Sergio, el cocinero, a donde está la muchacha, llevando un recipiente que contiene aproximadamente un kilo de cueritos y una cuchara, y nos pregunta, a ella y los otros dos que estamos platicando "¿quieren más, quieren más cueritos?"


---Continúo escribiendo aquí.


En el minuto 34:33, regresa el cocinero a insistirle a la muchacha.


37:49 Camino hacia fuera del lugar, enseguida de despedirme.


---Continúo escribiendo aquí.


Respaldo de esta página:

https://archive.is/tkaUx

No hay comentarios.:

Publicar un comentario