No he leído aún más que una de las leyes del libro "Las 48 Leyes del Poder" de Robert Greene. La cual en síntesis dice:
"Empezando por Moisés, todos los grandes líderes de la' historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. (En algunas oportunidades aprendieron esta lección a fuerza de golpes.) Si se deja encendida una sola brasa, por muy débil que sea, siempre se corre el riesgo de que vuelva a desencadenarse un incendio. Se ha perdido más por una aniquilación a medias que por una exterminación total: el enemigo se recuperará y buscará venganza. Destrúyalo por completo, no sólo fisica sino también espiritualmente."
Recomiendo leerla completa.
Hace unos diez años, cuando supe de este libro por primera vez, leí, sin embargo, el resumen de todas esas leyes, que aparece al inicio del libro.
Hoy he leído la ley número 15, solamente para citarla y tratar este tema en mis libros "Teoría del Equilibrio Universal" y "El Arte d la Guerra Digital Contra los Criminales Corruptos".
Desde la primera vez que leí el resumen de esta ley, la consideré correcta, como hasta ahora, pero solo en ciertos casos. No en todos. Hay "excepciones" extremadamente importantes, que Robert Greene no menciona, y seguramente tampoco Sun-tzu, en El Arte de la Guerra, ni Carl von Clausewitz, ni Nicolás Maquiavelo, a los cuales tampoco he leído, porque pienso mucho más de lo que leo.
Greene al final de su exposición de la ley en cuestión, al hablar de su "INVALIDACIÓN", se aproxima un poco, muy poco, al porqué de tales excepciones, cuando añade:
"En la guerra, por ejemplo, un buen general sabe que si ataca a un ejército cuando se halla acorralado, los soldados lucharán con mayor saña y fiereza."
Sin embargo, se sale del camino cuando continúa diciendo:
"A veces conviene, entonces, dejarles abierta una vía de escape, una salida."
La excepción es cuando la guerra ocurre dentro de un sistema aislado intercomunicado (interiormente comunicado y exteriormente incomunicado; comunicado únicamente consigo mismo, con otra u otras de sus propias partes interiores)...
Hay una ley de la naturaleza universal por la cual es imposible, para poner un ejemplo concreto y actual, que Estados Unidos ni la OTAN ni todo Occidente aplasten y ni siquiera derroten a Rusia (o a cualquier otro país en su lugar), mientras que Rusia, y con arreglo a la misma ley universal, sí puede aplastar, y no solo derrotar, a Ucrania. Y lo mismo a la inversa...
La causa de esta diferencia en posibilidades está en parte precisamente en lo que Greene ha dicho en los párrafos que acabo de citar, pero es necesario tomar en cuenta otra circunstancia esencial, para comprender esta diferencia: Ucrania está acorralada por Rusia y Rusia está acorralada por Occidente; pero el sistema Rusia-Ucrania es abierto (comunicado con su exterior); lo que significa que Ucrania (los ucranianos) sí puede escapar. En cambio, el sistema Rusia-Occidente es cerrado (aislado con respecto a su exterior), y, por lo tanto, Rusia no puede escapar. De ahí que Rusia sí estaría dispuesta, en última instancia, a usar armas atómicas, y a destruir incluso a todo el mundo, si se le amenaza seriamente con destruirla.
En el aislamiento del sistema Rusia-Occidente, hay en realidad una salida, que, en cierto modo, para los efectos de vencer o aniquilar a Rusia es totalmente inexistente (y por eso hasta aquí no la había mencionado): la participación de China; porque si China participara, bélicamente, o con cualquier otra forma de guerra, lo haría únicamente a favor de Rusia.
Mañana continúo escribiendo sobre esto, más a fondo y en detalle.
Respaldos:
Mar-18-2022
https://archive.is/QocZS (Home)
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