viernes, 5 de noviembre de 2021

La asombrosa solución de la CEEAVJ para las víctimas del gobierno y suyas

Artículo publicado el 06 de noviembre de 2021, y escrito el 20 de noviembre de 2020.

https://youtu.be/3-O_JX7h4UY

La Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas Jalisco (CEEAVJ*) ofrece, como única opción para la ayuda emocional en conflictos con el gobierno por violaciones de derechos humanos, medicación psiquiátrica para resolver ese "conflicto interno" que está originando a la víctima, y al gobierno, los problemas que la víctima ha logrado por fin denunciar.

* No Comisión Ejecutiva Estatal A Víctimas de Jalisco, como podría pretenderse que quiere significarse.

Le medicación es inmediata, o cuando menos en el sentido de que el psicólogo Gustavo Alonso Santos, de la CEEAVJ, no se tarda más que unos minutos para ofrecértela, y el psiquiatra casi corre por el recetario, en cuanto aquel otro le solicita su intervención. Si bien, paradójicamente, para llegar a que se cumpla este derecho de que en la CEEAVJ se ofrezca a la víctima "ayuda" médica y/o psicológica, al no haberse todavía logrado interponer una denuncia en la fiscalía, se requiere la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.

Es imprescindible que el psiquiatra, el psicólogo y el secretario técnico de la CEEAVJ, Iván Sánchez Rodríguez, expliquen en detalle y claramente de qué forma una medicación psiquiátrica podría contribuir a verdaderamente resolver un problema de abusos padecidos a manos del gobierno.

Una explicación podría ser esta, aunque completamente falsa: Mientras el problema es por la vía jurídica resuelto por los abogados de la CEEAVJ y/o de la CEDHJ y por la fiscalía en que lo hayas denunciado, tú, aunque atolondrado(a) por los efectos colaterales de la(s) dogra(s) que te indique el médico, mientras tanto te sientes menos mal.

Sin embargo, el problema aquí es que sería totalmente falso decir que la fiscalía, la CEDHJ y la CEEAVJ son moralmente capaces de dar por sí solas, o en conjunto entre ellas, alguna verdadera solución a un problema de abusos cometidos por el gobierno, puesto que en la realidad es extremadamente difícil, en México, alcanzar tal objetivo incluso dedicándose uno mismo por completo a ello, en los cinco sentidos.

La realidad, muy lamentable, en México, es que para defenderse con eficacia de los abusos cometidos por el gobierno, y contra cualquier ente particular que esté abusando y sea más pudiente, existe una absoluta indefensión, incluso habiendo ya logrado, en los casos de delitos del gobierno, denunciar y quejarse ante los antedichos organismos. Especialmente en los casos serios o esenciales.

Por esto, la realidad es que en México tal tratamiento medicamentoso es empeorar aún más el problema, revictimizar las víctimas, sometiéndolas hasta el máximo; como por si acaso no lo estuvieran aún al llegar y estrellarse con esos escudos-espejismos desplegados por la mafia en el gobierno de Jalisco, para su defensa propia.

Cuando allí, en la  CEEAVJ, señalé a la abogada "Rosa María Ceballos" (ella firma así, sin dar más que un nombre incompleto, para confundirse entre millones más, como toda la gente corrupta, siempre que les es posible) cuatro significativas irregularidades que, por acto y por omisión, cometió en mi perjuicio ella misma al llenar el formato de mi ingreso al Registro Nacional de Víctimas (y hubo también, aparte, otras dos irregularidades cometidas por la trabajadora social Sindi Karina Cruz Sandoval al hacer mi expediente, también en mi perjuicio significativamente ambas, y que luego NO corrigió, pese a habérselas yo señalado), dentro de lo cual estuvo la falta de fecha, reaccionó molesta y me respondió que "nosotros, normalmente, por órdenes de aquí de la institución, no le ponemos fecha", como en un afán de no mostrarse discriminatoria en mi perjuicio, pero sí abusiva ("la institución", y en consecuencia ella también al ser parte de la CEEAVJ) entonces de manera sistemática, contra todas sus víctimas, de manera indiscriminada.

Tanto de esta explicación, como del hecho inmoral ¿e ilegal, en este país? que esa omisión de la fecha implica, al igual que muchas otras cosas en las muy breves conversaciones que hasta ahora he tenido con gente de la CEEAVJ, se desprende que el modo abusivo en que allí se me ha tratado, es deplorablemente sistemático y general, y no, en cambio, deplorablemente discriminatorio, contra una víctima especial en mi caso, de las que, como muy pocas en México por desgracia, se atreven a cuestionar a un estado tan criminal de vidas y de derechos humanos fundamentales.

Después de estas revelaciones íntimas que me he visto necesitado de hacer al psicólogo de la CEEAVJ, Gustavo Alonso Santos; de mi conocimiento de la corrupción que en esta comisión existe, y de los abusos, tras ello ya también físicamente con violencia, por la policía municipal en grado cuando menos de complicidad con los materialmente perpetradores, es del todo razonable concluir la cuando menos presunción de que mi conversación con tal "psicólogo" de la CEEAVJ, está sirviéndole al gobierno para darse idea del daño que he sufrido hasta ahora a manos suyas, y cuánto y qué es lo que hace falta para doblegarme por completo.

En vista de esto, de este estado tan extremo de coautoría y de complicidad delictuosa dentro del gobierno de Guadalajara y del de Jalisco, mucho más peligroso e inconveniente, evidentemente, es para mí guardar secreto en cuanto a tal conversación que publicarla en mi requerimiento de la ayuda que el gobierno está obligándome a necesitar ya de manera mucho más urgente.

En la conversación que tuve con el psicólogo, "Gustavo Alonso Santos", se presentó como "Gustavo Santos".

Luego tuve que intentar sacarle con tirabuzón alguna otra parte de su nombre que omitió, como suele uno tener que hacer con todos los corruptos, quienes siempre tienen, por causa de tal corrupción, muchas cosas que esconder.

Y entonces me dijo que se llama "Gustavo Alonso Santos". Cuando le pregunté su segundo apellido me respondió que es "Santos" y que "Alonso" es el primero.

Aunque he visto en otros casos la palabra "Alonso" como apellido, y no solo como nombre, en el caso del psicólogo me sigue quedando la duda al respecto por tres razones: una es el hecho de que se haya presentado diciendo "Gustavo Santos", en lugar de diciendo "Gustavo Alonso" o, mejor, al menos, "Gustavo Alonso Santos"; otra razón, que refuerza la duda anterior, es el hecho de que su trabajo no fue, cuando menos en esta ocasión, honesto, y su grado tan elevado de deshonestidad no me permite sino pensar que lo más probable es que su falta de honestidad es habitual en él; y una tercera razón es, por supuesto, que entre los corruptos es normal el tratar de ocultar por completo su nombre o, cuando menos, lo más posible de él.

Por su parte, el psiquiatra "Salvador Magaña" al trabajar, si bien gustoso por servir a los fines auténticos y, por tanto, indecibles, de la CEEAVJ, también se escondió tras el semianonimato.

En el audio que aquí publico, por algunas fallas que se produjeron en el programa con que lo grabé, hay pequeñas partes que se saltan. Por ejemplo, cuando se me pregunta ¿ocupación? respondí "defensor de derechos humanos", lo cual no aparece en la grabación.

Esto no ocurrió en ningún momento tal que haya sido saltada una parte del nombre de estas personas cuando, porque y solo porque, se los pregunté, me respondieron. De cualquier manera, ninguna de estas personas, al preguntarle su nombre me dice algo respecto a algún gafete, puesto que ninguna de ellas lo traía, o cuando menos no a la vista. Por otra parte, sus otros abusos, respecto al llenado de los documentos por ejemplo, son parte congruente con el hecho, también deshonesto, que aquí reporto sobre su falta de transparencia.


https://archive.md/iYCrO

No hay comentarios.:

Publicar un comentario