miércoles, 24 de noviembre de 2021

Violento ataque a golpes en mi contra por un sujeto en la presencia de dos policías municipales, otra vez en complicidad

La mañana de hoy, 24 de noviembre, al estar en el parque Morelos trabajando en otra declaración que pienso enviar a la ONU (OHCHR), para denunciar las múltiples graves violaciones de derechos humanos que los gobiernos de Pablo Lemus Navarro y Enrique Alfaro Ramírez están cometiendo en Guadalajara, y sobre lo cual he esta últimamente publicando el borrador, llegó un sujeto, de unos 26 años de edad, a quien no había visto antes, y me atacó exigiéndome que no tomara fotos. Aunque en ningún momento le tomé ninguna foto a él.


Cuando le expliqué que mi trabajo es en defensa de los derechos humanos, ignoró esto por completo y se abalanzó contra mí a golpes.


En esos momentos había dos policías municipales con bicicletas, parados a unos 30 metros del lugar, a unos 10 metros de los baños, a los cuales yo había ido unos 5 minutos antes. Estaban de cara a donde el sujeto me empezó a agredir; pero al comenzar a atacarme el sujeto los agentes se voltearon, dándonos la espalda a mí y al atacante.


Unas dos horas antes, entré al baño del parque por primera vez en este día. Durante meses anteriores, no iba a este baño sino solo una vez por día, entre 5 y 6 veces a la semana. Sin embargo, debido al extremo y creciente acoso y otras agresiones que muchos policías municipales de Guadalajara han estado en días recientes cometiendo en mi contra y contra muchos otros indigentes en el parque Botánico, a partir del 23 de noviembre empecé a estar más tiempo en este otro parque, el Morelos.


Lo cual dio lugar a que los policías me acosaran y agredieran con insultos más, también en el parque Morelos; muy notoriamente desde el mismo día 23, desde ayer.


Ayer, estuve casi todo el día escribiendo denuncias para publicar y para enviar a la ONU, y preparando para ello archivos, con el celular, como he venido haciendo público en este blog.


Por haber estado allí más largo tiempo ayer, me vi precisado a entrar al baño cuatro veces, a lo largo de 10 horas que allí estuve. Y enseguida de cada ocasión en que entré, volvieron a acosarme más, turnándose entre policías, guardias y empleados del parque (de la AMBU; que pertenece al gobierno municipal).


Hace más de un año ya, en varias ocasiones hablé por teléfono a la AMBU (Agencia Metropolitana de Bosques Urbanos) para reportar abusos serios cometidos en mi contra por guardias y otros empleados en el parque Alcalde, y luego en el parque Agua Azul, sin conseguir ni el más mínimo resultado favorable.


Ayer, en la tarde, uno de los acosos, por uno de los empleados del parque consistió en pararse como a metro y medio detrás de mí haciendo ruido con la tapa de una alcantarilla, en la que al voltear enseguida pude ver que no hizo nada, más que ruido, permaneciendo allí, tratando de distraerme y/o intimidarme.


Como 5 días antes, y enseguida de que entré al baño del parque y regresé a una banca a seguir trabajando en publicar denuncias (a unos 40 metros de los baños) otros dos empleados del mismo parque, el Morelos, llegaron a una banca que está a unos 5 metros de donde yo estaba; la sacudieron un poco con un trapo y le dieron algunos brochazos. Enseguida, se dirigieron a donde yo estaba sentado, se pararon a un lado de mí, con un bote en una mano y una brocha uno de ellos. Este tipo se agachó hacia la pequeña banca en la que yo estaba sentado, acercando la brocha y el bote a ella, como diciéndome, así, que pensaban pintar allí.


Enseguida, sin decir nada en absoluto, ni mostrar ninguna molestia, me levanté tranquilamente y me fui a otra banca, a unos 5 metros de allí. Sin embargo, luego vi que no pintaron ni sacudieron la banca de la que me indujeron a levantarme. Simplemente se fueron. Luego fui a ver si habían pintado alguna de las otras bancas que hay por donde llegaron y en la que parecían haberlo hecho, y vi que no lo habían hecho en ninguna.


Esta mañana, al ir al baño por primera vez en este parque hoy 24, de inmediato entró en encargado en turno de los baños, un sujeto como de 1.83 m de estatura y unos 60 años de edad, que acostumbra, también (como el otro que he fotografiado y reportado públicamente), abusar de los indigentes y otros usuarios para trabajar lo menos posible.


Entró al baño con un trapeador, y apuntando a mi maletín, que yo había puesto sobre uno de los lavamanos, me dijo que iba a trapear, como diciéndome que lo quitara de allí. Pensé entonces que tal vez este tipo iba a "limpiar" con el trapeador los lavamanos (cosa que algunos hacen), puesto que para trapear el piso la maleta no estorbaba en absoluto. Quité el maletín de allí y la sostuve en mi mano; pero el empleado no trapeó enseguida más que el piso. Cuando comenzó a hacerlo, hizo una pausa para preguntarme "¿Ya se va?"


En tres otras ocasiones he visto a este empleado, del gobierno de Guadalajara, cometer un mismo abuso con usuarios pobres de los baños: entra al cuarto de los baños (donde hay solo tres escusados, pero donde nunca más que dos funcionan, para cientos de personas que allí acudimos) cuando hay gente ocupando los escusados y les pide que le pasen los botes de basura (los de los papeles embarrados de excremento, por supuesto), mientras él, en esos momentos, usa guantes de hule para recibir los botes, y tiene jabón para luego lavarse los guantes y las manos, y mientras los usuarios no tenemos, por supuesto ningunos guantes ni, DESDE LUEGO (recordemos que se trata del gobierno) ningún jabón para podernos lavar las manos en estos baños (los del gobierno) tras haber agarrado sin guantes uno de esos botes, y habérselo pasado uno a sí mismo muy cerca de la cara al levantarlo para pasarlo hacia fuera por arriba de la puerta (por debajo no hay espacio). Ni tras tan solo haber entrado al baño y haber allí realizado únicamente las actividades que corresponden a un usuario, y no las de un empleado abusivo y holgazán.


De este abuso, que por lo visto ya es costumbre en él, solamente se puede pensar que, como el mantener siempre cerrado un escusado, el motivo es molestar lo más posible a los usuarios para que regresen lo menos posible y trabajar lo menos posible. Lo cual es práctica en extremo usual en los empleados del gobierno, y en particulares sin suficiente supervisión.


Solamente otra posible explicación para esto podría haber: el sujeto es homosexual y lo hace con la esperanza de que algunos le pasen el bote abriendo la puerta del escusado, y dejándose ver, así, semidesnudos.


De cualquier manera, estos abusos son sencillamente parte de una enorme cantidad de abusos y atropellos que en todos los servicios de todo tipo de este gobierno se están cometiendo contra los usuarios.


Del baño, esta mañana regresé a una banca a seguir trabajando en las denuncias de las violaciones de los derechos humanos fundamentales que esté gobierno, de Pablo Lemus en Guadalajara, sigue cometiendo con total impunidad, y hasta sin ninguna otra crítica por nadie más aparte de mí, que yo alguna vez haya visto, en lo que respecta a los más vulnerables de México que estamos siendo pisoteados más extremamente que el resto de los mexicanos, sin ser menos humanos que ellos: los indigentes.


Unos 4 minutos después de que del baño regresé a esta banca, regresó, a atrás de la banca en que yo estaba ahora, el mismo empleado de ayer, a pararse detrás de mí, y fingir, otra vez, que allí hacía algún trabajo en relación con una alcantarilla, en la que no hizo nada tampoco esta vez, aparte de acosarme. Esta vez sí lo fotografié.


Cuando el sujeto esta mañana me atacó violentamente, tuve que correr tratando de no ser alcanzado por los golpes, y me persiguió, corriendo. Puesto que yo llevaba una maleta que, aunque pequeña (del tamaño de una mochila), pesa alrededor de 10 kilos, y debido a lo disparejo del suelo y con zacate, en el lugar, se me dificultó mucho correr y me caí a unos 15 metros del lugar donde me comenzó a atacar.


El sujeto aprovechó para patearme al estar en el suelo. Me tumbó el celular, lo tomó y lo arrojó a unos 15 metros contra una banqueta; pateó mi mochila, y me continuó persiguiendo con una botella de vidrio en la mano que tomó del suelo o que ya traía consigo.


Luego, cuando ya había arrojado mi celular contra el suelo, y estando ya en la presencia de vendedores de un tianguis que hay allí, me gritó dos veces que llamara a la policía, como burlándose del hecho de que los policías, por supuesto, no se pondría en mi favor, sino incluso en mi contra y en su favor, por ser delincuentes ellos y, por supuesto, por haber fraguado esto juntos, de nuevo.


Recogí el celular del suelo, y volvió a perseguirme, fuera ya del parque.


Cuando crucé la calle, no alcanzó a cruzar por unos carros que al ir pasando se le atravesaron.


Luego de esto me dejó de perseguir. Por lo visto su intención, además de golpearme y de dañar mi celular, era sacarme del parque, donde múltiples policías, guardias y otros servidores públicos o empleados del gobierno de Guadalajara han estado en extremo acosándome y agrediéndome de muchas otras formas además desde hace meses, y crecientemente, hasta el día de hoy.


https://archive.md/DzLsv

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